Está considerado como un artista que revolucionó la pintura veneciana, haciéndola progresar hacia un estilo más sensual y colorista.
Giovanni Bellini nació en Venecia, aunque no se conoce la fecha exacta de su nacimiento.
Esta tesis no se apoya en ninguna otra prueba y la crítica posterior ha sido cautelosa al respecto.
Creció en la casa de su padre, en cuyo taller se inició en el oficio, junto a sus hermanos Gentile y Niccolò.
Los comienzos de Giovanni en el arte son inseguros y deben situarse en los años 1445-1450, si bien ninguna obra conocida del artista se atribuye unánimemente a aquel período.
La crítica más reciente, sin embargo, atribuye estas obras a la producción genérica veneciana de la primera mitad del siglo XV.
Hasta la edad de casi treinta años su pintura está dominada por un hondo sentimiento religioso y un patetismo humano.
Sus pinturas de este período temprano están todas ejecutadas en el antiguo método del temple.
Esto no significa, sin embargo, que el artista trabajara ya en solitario, al menos en los grandes encargos.
Un testimonio de Fra Valerio Polidoro del año 1460 revela que realizó, junto con Jacopo y Gentile, el perdido retablo Gattamelata para la basílica del Santo en Padua, destinada a una nueva capilla dedicada a los santos Bernardino y Francisco.
La relación con Mantegna se ejemplifica plenamente al confrontar obras parecidas, o en algunos casos, de idéntica composición.
Poco más o menos el año 1460 Giovanni debió empezar la serie de las Vírgenes con Niño, que caracterizó como tema toda su carrera.
Son imágenes de dimensiones pequeñas o medianas destinadas a la devoción privada, abundantísima en la producción veneciana del siglo XV.
[2] La composición se toma de los iconos bizantinos y cretenses, en algunos casos con extrema fidelidad.
Pintó nueve compartimentos dispuestos en tres registros, sobre los que estaba presente como coronamiento también una luneta perdida con el Padre Eterno.
e impostación plenamente renacentista con la forma rectangular, coronada originariamente por una Piedad que hoy se encuentra en la Pinacoteca Vaticana.
Además, quedan por estudiar las relaciones entre el taller de los Bellini y el que, en los años noventa, abrió en Venecia Marco Palmezzano, pues se notan interesantes intercambios entre las obras posteriores de las dos escuelas.
Ambos cuadros son el modelo de una Sacra conversazione (conversación sagrada entre la Virgen y santos).
Tanto el lugar como las figuras sagradas debajo de una semi-cúpula con mosaicos dorados recuerdan la arquitectura bizantina en la San Marcos.
El retablo, que fue ejecutado en torno al año 1480, se encontraba originalmente en el segundo altar por la derecha de la iglesia de San Giobbe en Venecia, donde con su espacialidad pintada completaba ilusoriamente la real del altar.
El uso que Giovanni hace del óleo ha madurado, y las figuras sagradas parecen estar envueltas en un aire quieto, enrarecido.
En esta obra las experimentaciones ilusionísticas del Retablo de San Giobbe se desarrollan aún más, con el marco que "sostiene" el techo pintado en tres compartimentos, iluminados con vigor de manera que parezcan reales.
Giovanni Bellini se mantuvo activo y atento a novedades hasta el final.
En la Virgen con Niño bendiciendo del Detroit Institute of Arts (1509) o la Virgen con Niño de Brera (1510) vuelve a separar el grupo sagrado del paisaje; pero hay una visión nueva que recuerda las conquistas de Giorgione, donde los elementos humanos resultan fundidos con la naturaleza.
Cercana a esta obra es también una Virgen con Niño en la Galleria Borghese de Roma, quizá la última versión totalmente autógrafa del tema.
Las figuras, los elementos vegetales, animales y paisajistas asumen muy a menudo un valor simbólico bien codificado, aunque para los modernos la lectura puede no resultar siempre clara.
Su significado no es sólo una "relación afectuosa entre la madre y el hijo" sino algo más complejo que muchas veces prefigura la Pasión de Cristo; en casi todas las pinturas el Niño está representado en posiciones que recuerdan la muerte.
Gracias a su cuñado Andrea Mantegna, entra en contacto con las innovaciones del Renacimiento florentino.
Otros alumnos del estudio de Bellini fueron Girolamo Santacroce, Vittore Belliniano, Rocco Marconi, Andrea Previtali[6] Nicolò Rondinelli y posiblemente Bernardino Licinio.
Como demuestran obras como San Francisco en éxtasis (h. 1480, a la izquierda) y el Retablo de San Giobbe (h. 1478), Bellini usa el simbolismo religioso a través de elementos naturales, como vides y rocas.