La postura del sujeto también se considera con cuidado para revelar su estado emocional y físico, lo mismo que ocurre con la vestimenta.
[21] Las raíces del retrato es probable que se encuentren en los tiempos prehistóricos, aunque pocas obras sobreviven de aquel entonces.
[26] Entre 1350 y 1400, comienzan a reaparecer figuras seculares en frescos, como en la obra del Maestro Theodoric Carlos IV recibiendo vasallaje.
Los artistas del Norte de Europa hicieron retratos diferentes respecto a los italianos: abandonaron el perfil en favor del medio perfil, los modelos miraban al espectador, las manos eran muchas veces visibles, y aparece en la pupila un punto blanco que transmitía mayor vitalidad.
En esta época circularon con frecuencia pequeños retratos miniados o pintados, que difundían las imágenes entre las cortes, a menudo con intereses matrimoniales.
[37] Durante el Alto Renacimiento, las pinturas de retrato eran generalmenbte muy pequeñas y a veces estaban cubiertas por tapas protectoras, con bisagras o paneles que se deslizaban.
[46] Durante el Renacimiento, la nobleza florentina y milanesa, en particular, quería representaciones más realistas de ellos mismos.
Casi todos los grandes maestros se dedicaron al retrato (Piero della Francesca, Domenico Ghirlandaio, Lorenzo di Credi, Antonello da Messina, Botticelli, Leonardo, Ticiano, Rafael...), expandiendo su técnica y añadiendo el retrato a los temas tradicionales de historia clásica y religiosa.
Leonardo y Pisanello estuvieron entre los primeros artistas italianos que añadieron símbolos alegóricos a sus retratos seculares.
[30] Los pintores italianos del Alto Renacimiento representaban a sus modelos de medio cuerpo, las poses eran solemnes, pero los trajes son más bien sobrios.
Décadas antes, Paolo Uccello había pintado un retrato de grupo incluyendo a Giotto, Donatello, Antonio Manetti y Brunelleschi.
Miguel Ángel fue una notable excepción, pues no reprodujo efigies realistas de personajes,[30] salvo, quizá, y con intenciones denigratorias, en el Juicio Final.
Los primeros autorretratos del arte occidental aparecieron en esta época, cuando los artistas pintaban su propia cara entre la muchedumbre, en origen en escenas narrativas.
Ya desde su estancia en Italia, en la que representó a la nobleza genovesa, Van Dyck se especializó en el retrato cortesano.
Gracias a la gran demanda, Rembrandt pudo experimentar con la técnica y la composición poco convencional, como el claroscuro.
Los artistas rococó, que estuvieron particularmente interesados en la ornamentación rica e intrincada, fueron maestros del retrato refinado.
También destacó en Inglaterra William Hogarth, quien se resistió a los métodos convencionales introduciendo toques de humor en sus retratos.
Entre ellas estuvieron la francesa Élisabeth Vigée-Lebrun, la pintora italiana al pastel Rosalba Carriera y la suiza Angelica Kauffmann.
[80] Conocido por los tonos rosados de sus mejillas, Stuart escribió, «la carne no es como ninguna otra sustancia bajo el cielo.
[81] Otros destacados retratistas estadounidenses de la época colonial fueron John Trumbull, Benjamin West y Charles Willson Peale.
Los pintores franceses Jacques-Louis David y Jean Auguste Dominique Ingres demostraron virtuosismo en esta técnica similar a la del dibujante así como un buen ojo para el carácter.
[84] Los realistas del siglo XIX como Gustave Courbet, crearon retratos objetivos representando a personas de clase baja y media.
La artista estadounidense Mary Cassatt, que se formó y trabajó en Francia, es popular incluso ahora por sus atractivas pinturas de madres e hijos.
La pintora de sociedad estadounidense Cecilia Beaux, llamada la «Sargent femenina», también estudió en el extranjero y se ciñó a los métodos tradicionales.
[90] Whistler usaba una paleta apagada para crear los efectos que pretendía, afirmando el equilibrio de color y los tonos suaves.
[93] Sargent y Whistler, entre otros, ampliaron su técnica para crear efectos que la cámara no podía captar.
Artistas alemanes como Otto Dix y Max Beckmann produjeron notables ejemplos de retratos expresionistas.
[98] El arte británico estuvo representado por los vorticistas, que pintaron algunos destacados retratos a principios del siglo XX.
[101] Muchos artistas estadounidenses contemporáneos, como Andy Warhol, Alex Katz y Chuck Close, hicieron del rostro humano un punto focal de su obra.
Jamie Wyeth continúa la tradición realista de su padre Andrew, produciendo famosos retratos cuyos sujetos varían desde Presidentes a cerdos.