Pero en este caso no se trataba de ensalzar la figura del monarca o plasmar su poder sobre un lienzo, en esta ocasión el trabajo iba a ser enviado a Roma para que el afamado escultor italiano Bernini pudiera realizar un busto en mármol del monarca inglés.
[1] A pesar de que el busto se perdió en el incendio del palacio de Whitehall en 1698, se sabe que la pieza fue presentada en 1637 y alabada por su exquisita ejecución y gran parecido al rey.
[Nota 1] Tanto agradó que Carlos I recompensó a Bernini con un valioso anillo de diamantes.
En la obra se representa al rey Carlos I de medio cuerpo y en tres posiciones diferentes: Perfil derecho, de frente y tres cuartas partes del perfil izquierdo.
[2] Se cree que Van Dyck pudo estar influenciado por la obra del pintor veneciano Lorenzo Lotto, Orfebre visto desde tres posiciones de 1530 y que en aquella época formaba parte de las Colecciones Reales.