El dibujo se empleó para traspasar la imagen a la matriz de cobre como primer paso para grabarse, por lo cual coincide en tamaño con el retrato grabado; este dibujo se conserva en el museo de Phoenix (Estados Unidos).
Representa la quintaesencia del poder absoluto: la nobleza del marco antiguo en el que se entrevé una columna de mármol, sobre un amplio basamento en el que se ve una figura femenina con una espada y una balanza, la exuberante cortina de organza carmesí con ribetes dorados, y la solemnidad del Rey Sol luciendo sus ropas de coronación bordadas con la real flor de lis, que se extienden por el suelo en pesados pliegues.
Aparecen detalles que informan sobre la moda de la época, como son las zapatillas blancas con tacón alto y lazo rojos, medias blancas de tafetán y encajes en las muñecas.
Para resaltar la nobleza del personaje retratado, adopta un punto de vista muy bajo.
El rey está representado en majestuosa apostura, con el cuerpo ligeramente vuelto hacia el espectador, en una postura de firmeza.
Aparece con los atributos del poder: lleva a un lado la espada real, y en la mano contraria, se apoya en el cetro.