Recibe un acabado químico que le da esa característica de rigidez, similar al obsoleto almidonado de las camisas para evitar arrugas, pero que no se quita con los lavados.
[1] Se utiliza para la fabricación de vestidos, blusas, adornos en vestimentas, cuellos en antiguos trajes, visillos, cortinas, lencería, sábanas para altares, etc.
[1][2] Es posible que esta tela sea originaria de Kunya-Urgench (antigua Urganch o Gurgandj, ciudad de comercio entre árabes y chinos) del Turkmenistán.
De moda a partir del siglo XVIII estos tejidos fueron importados desde la India.
Parecidos a la muselina, se distinguen por su aspecto rígido.