Antigüedad clásica

El término Antigüedad clásica (Neogriego: Κλασική αρχαιότητα, latín: Antiquitas classica) es una expresión historiográfica para referirse al período grecorromano de la Edad Antigua en Europa, un largo período histórico que se sitúa entre la Alta Antigüedad (la época de las primeras civilizaciones del Próximo Oriente Antiguo)[1]​ y la Baja Antigüedad (o Antigüedad Tardía); y que propiamente corresponde al mundo grecorromano: la Cuenca del Mediterráneo y el Próximo Oriente, áreas donde la antigua Grecia y la antigua Roma desarrollaron la civilización greco-romana.

[6]​ La herencia cultural clásica sobrevivió incluso a los denominados «siglos oscuros» de la Alta Edad Media (500-1000 d. C.); y se revitalizará con el Renacimiento, el Clasicismo y el Neoclasicismo de la Edad Moderna, llegando hasta nuestros días.

Una estela encontrada en Citio (Chipre) conmemora la victoria del rey Sargón II en el año 709 a. C. sobre los siete reyes de la isla, lo que supuso un paso importante en el traspaso de Chipre del dominio tirio al imperio neoasirio.

Al parecer, los etruscos perdieron el poder en la zona a finales del siglo VI a. C. y, en ese momento, las tribus itálicas reinventaron su gobierno creando una república, con unas restricciones mucho mayores a la capacidad de los gobernantes para ejercer el poder.

[12]​ En efecto, la evidencia arqueológica muestra los primeros rastros de asentamiento en el Foro Romano a mediados del siglo VIII a. C., aunque los asentamientos en el monte Palatino pueden remontarse al siglo X a. C.[13]​[14]​ El séptimo y último rey de Roma fue Tarquinio el Soberbio.

La subsiguiente guerra del Peloponeso (431-404 a. C.) liquidó el dominio ateniense y estableció la hegemonía espartana.

En el 395 a. C., los gobernantes espartanos destituyeron a Lisandro de su cargo y Esparta perdió su supremacía naval.

La koiné se convirtió en la lingua franca mucho más allá de la Grecia misma, y la cultura griega interactuó con las culturas de Persia, Asia central, India y Egipto.

El Estado romano continuó llamándose a sí mismo Res publica tanto tiempo como el que mantuvo el latín como idioma oficial, o sea, más que la propia existencia del Imperio romano de Occidente.

Culturalmente, el Imperio romano fue significativamente helenizado, pero también asumió tradiciones orientales sincréticas, tales como el mitraísmo, el gnosticismo y el propio cristianismo, que se terminó convirtiendo en dominante.

El Partenón es uno de los símbolos más reconocibles de la era clásica y ejemplifica la cultura griega antigua.
Mapa de las colonias fenicias (en amarillo) y de la colonización griega (en rojo) del Mediterráneo, del siglo VII al VI a. C.
Civilización etrusca en el norte de Italia, 800 a. C.
Extensión del llamado "Imperio ateniense" (la Liga de Delos ), en vísperas de la guerra del Peloponeso (431 a. C.)
Reinos helenísticos tras la batalla de Ipsos , 301 a. C.
Extensión de República y el Imperio romanos en 218 a. C. (rojo oscuro -tras la primera guerra púnica -), 133 a. C. (rosado -tras la toma de Numancia -), 44 a. C. (naranja -tras la conquista de las Galias por Julio César -), 14 d. C. (amarillo -tras las guerras cántabras se consideró conseguida la Pax romana , celebrada con el Ara Pacis el año 9 a. C., mientras la sumisión de los "pueblos alpinos" se celebró en el 6 a. C. con el trofeo de los Alpes -), después 14 d. C. (verde -conquistas de sucesivos emperadores, como la de Claudio en Britania , año 43, o la de Trajano en Dacia , años 101 al 106-) y 117 d. C. (verde claro -la extensión máxima, con el breve dominio romano de Mesopotamia en tiempo de Trajano , entre 116 y 118-).
Provincias romanas hacia el 117.
Partición del Imperio en Oriente y Occidente (395), con las divisiones de diócesis y provincias.