Guerras macedónicas

[2]​ La influencia romana fue disolviendo la independencia macedonia y digiriéndola en lo que se estaba convirtiendo en un imperio puntero.

[4]​ A diferencia del oeste, el este griego había estado dominado por grandes imperios durante siglos, y la influencia romana y la búsqueda de alianzas condujeron a guerras con estos imperios que los debilitaron aún más y, por tanto, crearon un vacío de poder inestable que sólo Roma fue capaz de pacificar.

[9]​ A finales del siglo III a. C., Macedonia era aún la gran potencia dominante en el Mediterráneo Oriental.

Mientras Roma trabajaba la movilidad y flexibilidad, la falange macedonia se hacía más rígida que nunca.

Aunque este acuerdo no conllevó a ninguna batalla campal entre Roma y Macedonia, fue conocido históricamente como primera guerra macedónica.

Según Livio, Filipo envió una legión al mando de Sópatro a Aníbal en Zama.

Este conflicto, aunque librado entre Roma y Macedón, fue en gran medida independiente de las guerras romano-macedonias que siguieron (que comenzaron con la segunda guerra macedónica y fueron en gran medida dependientes entre sí) en el siglo siguiente.

Una delegación griega fue enviada a Roma, para darle al Senado una lección de geografía helena.

Al mismo tiempo, un segundo ejército macedonio era derrotado por Átalo I, rey de Pérgamo, en Asia Menor.

Por ello, una vez que logró poner las cosas en orden en su país, elaboró una estrategia para mantener a los romanos ocupados mientras él se apoderaba nuevamente de Grecia.

Aunque por su cobarde actitud la mayor parte de sus amigos y aliados se habían alejado de él, al iniciarse las operaciones militares (171 a. C.), los macedonios lograron derrotar en Tesalia a la caballería e infantería ligera romanas.

En el 169 a. C., se nombró cónsul a un noble sin fortuna, Lucio Emilio Paulo, hijo del cónsul del mismo nombre muerto en Cannas durante la segunda guerra púnica, padre biológico de Publio Cornelio Escipión Emiliano.

Perseo huyó con su oro (unos 6000 talentos) a Samotracia, en cuyo santuario confiaba en encontrar un refugio seguro.

Como resultado de la guerra, Macedonia fue dividida en cuatro repúblicas nominalmente independientes, cuyos habitantes no podían tener relaciones diplomáticas, comerciales ni matrimoniales entre ellos.

Macedonia tenía prohibido comerciar con madera, materiales de construcción, metales preciosos ni sal con quien fuese.

Como respuesta, la Liga aquea declaró la guerra en 146 a. C., aunque sus dirigentes sabían que no tenían opciones de ganar.

Filipo V de Macedonia.
Perseo de Macedonia. Último rey de Macedonia antes de la conquista por Roma.