[5] Solamente unos pocos estados poderosos, particularmente Asiria y el Imperio elamita, no se vieron afectados en gran medida por el colapso de la Edad de Bronce, no obstante a fines del siglo XII a. C. el Imperio elamita colapsó tras su derrota por Nabucodonosor I y su historia se torna oscura durante los siguientes tres siglos; asimismo tras la muerte de Ashur-bel-kala en 1056 a. C., Asiria entró en una decadencia comparativa durante aproximadamente los 100 años posteriores, su imperio se redujo significativamente, y hacia el 1020 a. C. Asiria parece haber controlado exclusivamente las áreas cercanas.
Gradualmente, al final de la Edad Oscura, diversos reinos luvio-arameos colonizaron Cilicia y el Levante.
Antes del colapso de la Edad del Bronce, Anatolia (Asia Menor) estaba dominada por una serie de pueblos indoeuropeos: luvitas, hititas, mitanios y micénicos, junto con los asirios semíticos y los hurritas.
Desde el siglo XVII a. C., los mitanios formaron una clase dirigente sobre los hurritas, un antiguo pueblo indígena que hablaba el idioma hurro-urartiano.
Karaoğlan, cercana a la actual ciudad de Ankara, fue quemado y los cadáveres quedaron sin enterrar.
Troya fue destruida al menos dos veces, antes de ser abandonada hasta la época romana.
Desde el siglo XII a. C., los arameos adquirieron importancia en Siria, y la región fuera de las áreas costeras fenicias de habla cananea finalmente habló arameo, llegando a ser conocida esta región como Aram y Eber Nari.
El socorro nunca llegó y Ugarit fue incendiada al final de la Edad del Bronce.
Los arameos semíticos occidentales finalmente reemplazaron a los amorreos, cananeos y la población de Ugarit.
Ramsés II (1279-1213 a. C.) hizo campaña contra ellos, persiguiéndolos hasta Moab, donde estableció una fortaleza tras una derrota cercana en la batalla de Qadesh.
Las ciudades del interior como Jasor, Bethel, Beit Shemesh, Eglon y Debir fueron destruidos.
[15] Durante el reinado de Ramsés III, los filisteos pudieron reasentarse en la franja costera que discurre entre Gaza y Joppa, Denyen (posiblemente la tribu de Dan mencionada en la Biblia, o más probablemente la gente de Adana, también conocida como Danuna, parte del Imperio hitita) se estableció desde Jaffa hasta Acre, y Tjekker en Acre.
Los sitios rápidamente lograron la independencia, tal y como narra la Historia de Unamón.
Un segundo ataque durante el octavo año del reinado de Ramsés III involucró a Peleset, Tjeker, Shirdana, Denyen y Weshesh.
[21] Varias teorías se han presentado como posibles contribuyentes al colapso, muchas de ellas mutuamente compatibles.
Los efectos locales de estos cambios pueden causar malas cosechas en muchos años consecutivos, lo que lleva a la guerra como un último esfuerzo para sobrevivir.
[23][24] La sequía podría haber precipitado o acelerado fácilmente los problemas socioeconómicos y llevado a guerras.
Eso precipitaría un abrupto colapso social cuando los invasores comenzaron a conquistar, saquear y quemar ciudades.
En sociedades complejas que eran cada vez más frágiles y menos resistentes, la combinación de factores pudo haber contribuido al colapso.
Otros factores que podrían haber ejercido una presión creciente sobre los frágiles reinos incluyen la interrupción del comercio marítimo por la piratería de los Pueblos del Mar, así como la sequía, la pérdida de cosechas, el hambre o la invasión dórica.