Bronce

[2]​ La introducción del bronce resultó significativa en cualquier civilización que lo utilizó, constituyendo la aleación más innovadora en la historia tecnológica de la humanidad.

Se sabe que ya los fenicios llegaron hasta sus costas con mercancías del Mediterráneo para intercambiarlas por estaño.

En la época inca, el bronce estaba exclusivamente reservado a la nobleza incaica y altos mandos del ejército.

Son aproximadamente un 10 % más pesadas, a excepción de las compuestas por aluminio o sílice.

Esta propiedad ha sido aprovechada para fabricar martillos, mazas, llaves ajustables y otras herramientas para uso en atmósferas explosivas o en presencia de gases inflamables.

En estos casos, el resultado es un material gris brillante, fusible al rojo y no alterado por el agua hirviente.

La simple exposición al aire del bronce arsenical produce una pátina oscura.

[8]​ El denominado bronce sol (en alemán; Sonnenbronze) es una aleación utilizada en joyería, tenaz, dúctil y muy dura, que funde a temperaturas próximas a las del cobre (1357 °C) y está constituida hasta por el 60 % de cobalto.

Para el siglo XV la artillería del Imperio otomano contaba con grandes bombardas de bronce.

[8]​ La fundición para campanas es generalmente frágil: las piezas nuevas presentan una coloración que varía del ceniza oscuro al blanco grisáceo, con tonos rojo amarillento o incluso rojo azulado en las aleaciones con mayor contenido de cobre.

Para obtener una estructura más cristalina y producir variantes en la sonoridad, los fundidores han utilizado también otros metales como antimonio o bismuto en pequeñas cantidades.

Es relativamente fácil para fundir, tiene una estructura granulosa compacta con fractura vítreo-concoidea de color rojizo.

Es de sonoridad menor, teniendo en cuenta que el plomo no se homogeneiza con la aleación.

El temple se logra volviendo a calentar la pieza fundida y enfriándola rápidamente.

[cita requerida] La mayor campana que se conserva, llamada Tsar Kólokol, fue fundida en 1733 por Iván Motorin, por encargo de la emperatriz Ana de Rusia, sobrina del Zar Pedro el Grande.

Nunca fue utilizada como instrumento, ya que un incendio en 1737 destruyó sus grandes soportes de madera.

Muchos orfebres suelen agregarle pequeñas cantidades de arsénico y antimonio para endurecer el bronce sin perder fusibilidad, y lograr mayor detalle en la impresión de los moldes.

[8]​ El método más utilizado para la fundición artística del bronce es el de la «cera perdida» o microfusión, que —con diversas variantes— sigue los pasos siguientes:[14]​

Fragmento de un retrato en bronce de Marco Aurelio
Pendiente-cuchillo de la Edad de bronce proveniente de Ucrania
Placa de bronce pulida
Estatua en cobre del faraón Pepy I . Siglo XXIII a. C.
Bronces de la Dinastía chola (India), aprox. del siglo X
Brasero de bronce-latón de época almohade (siglo XII ) hallado en Córdoba (España) y depositado en su Museo Arqueológico .
Llave de bronce
Cañón pesado de los Dardanelos, utilizado por los turcos en el sitio de Constantinopla (1453)
La Tsar Kólokol ( ruso : «zar de las campanas»), es la mayor campana de bronce que se conserva. Fundida en 1733, nunca se utilizó y se exhibe en el Kremlin de Moscú .
Estatua de bronce de Buda Daibutsu, en Kamakura (Japón), tiene 11,40 m de altura y 93 toneladas de peso.