Su construcción fue ordenada por Augusto para celebrar su victoria definitiva sobre las antiguas tribus ligures que poblaban la región y que tenían la costumbre de asaltar a los comerciantes que utilizaban las vías romanas para transportar sus mercancías.Este trofeo carecía de cualquier tipo de utilidad militar, únicamente servía para marcar la frontera entre la Italia romana y la provincia de la Galia Narbonense,[1] frontera que más tarde sería trasladada al río Var.Entre los siglos XII y XV, sin embargo, fue utilizado como fortaleza y se construyeron casas pegadas a la muralla exterior.Las piedras fueron utilizadas entonces como cantera y sirvieron, entre otras cosas, para construir la Iglesia de San Miguel de la localidad.Plinio el Viejo hizo una transcripción:[2] « Al emperador César, hijo de Julio César, Augusto, Pontífice Máximo, emperador por la XIVª ocasión, en su XVIIº año de potestad tribunicia, Senado y Pueblo Romano han construido este monumento en conmemoración de que, bajo sus órdenes y auspicios, todos los pueblos alpinos, de la mar superior a la mar inferior, fueran sometidos al Imperio romano.