Ejército romano

El servicio militar afectaba a los ciudadanos entre diecisiete y sesenta años de edad.

Por el contrario, lo habitual entre los pueblos y civilizaciones de la época era un ejército formado por mercenarios profesionales sin importar su origen.

Aunque los soldados percibían una paga (no muy elevada) sus campos de cultivo quedaban desatendidos, lo que inevitablemente les causaba pérdidas si la campaña se alargaba.

Los infantes fueron divididos en cinco clases según su armamento (en función de la riqueza personal): las tres primeras eran las llamadas hastati (lanceros) y las otras dos velites (auxiliares).

En los primeros momentos el ejército era simplemente una agregación de unidades indiferenciadas inspirada en la falange etrusca.

A comienzos de la etapa republicana la legión se organizó con una estructura mucho más formal y estricta.

Especialmente importante fue la victoria frente a la ciudad etrusca de Veyes (369 a. C.), cuyo territorio y población fueron anexionados.

Durante la segunda guerra púnica se reclutaron muchas más legiones para poder hacer frente a la gran amenaza de Aníbal.

Estos cuerpos se dividían a su vez en otros diez, las centurias, bajo el mando de sendos centuriones.

Así se creó una jerarquía formada en primer lugar por el cónsul electo, sus legados, los tribunos militares y los centuriones.

Por lo general no eran todavía ciudadanos romanos, sino socii (aliados itálicos, los cuales integraban las alae sociorum) que, desde el siglo III a. C. hasta principios del siglo I a. C. (antes de la de la guerra Social), se reducían aproximadamente a la Italia actual.

La caballería ligera o equites estaba formada por jinetes expertos que, al mando de sus oficiales, solían atacar por los flancos.

El tronco se protegía con una coraza completa, frontal y espalda, de la que hubo varios tipos.

La tierra extraída se utilizaba para levantar un terraplén defensivo, el agger, a continuación del fossa.

Después del vallum se dejaba un terreno despejado de treinta a sesenta metros, el intervallum.

Antes los honores del triunfo se concedían solamente al cónsul que regresaba victorioso y aumentaba el territorio de la República.

Cayo Mario, uno de sus legados, solicitó a Metelo que le liberase de su deber para poder volver a Roma y presentarse al consulado a finales del año 108 a. C. Cuando Mario se convirtió en cónsul júnior (el que menos votos había obtenido de los dos) en el año 107 a. C. y se le encargó concluir la guerra contra Yugurta se encontró que no tenía ejército.

Ofreció a la gente sin recursos un empleo permanente con paga como soldados profesionales, y la oportunidad de ganar dinero mediante los saqueos en campaña.

Este pequeño ejército, capaz de batirse por sí solo en casi cualquier modalidad militar, arrastraba (especialmente en época imperial) una gran cantidad de personal civil no directamente relacionado con la legión: comerciantes, prostitutas, "esposas" de legionarios (que no podían contraer matrimonio), que al establecerse en torno a los campamentos permanentes o semipermanentes acababan dando lugar a auténticas ciudades.

Las legiones pronto se encontraron en una condición física y de disciplina insuperable, sin parangón en el mundo antiguo.

Por último, Mario garantizó a los socii (aliados) itálicos (Etruria, Piceno, etc.) la plena ciudadanía romana una vez terminado por completo el servicio militar.

Ya no era necesario que, cuando la República se viese amenazada, el general de turno tuviera que reclutar a toda prisa un ejército, entrenarlo para luchar y obedecer las órdenes, y luego hacerlo marchar a la batalla completamente novato.

Más tarde, este problema se disparó con la crisis del siglo III, en el periodo de cincuenta años conocido como "anarquía militar", donde los emperadores subían al trono o eran asesinados en función de su capacidad para sobornar a las tropas, y en un año podían sucederse varios.

Además incluía un cuerpo de seiscientos hombres que no participaba en la batalla formado por escribanos y comerciantes.

Siguiendo este modelo, Augusto decidió que se crearan tropas de auxilia, pero no ya contratadas para campañas concretas, sino formando parte del ejército regular.

A mediados del siglo II, el proceso de homologación entre unidades auxiliares y legiones estaba muy avanzado, lo que restaba eficacia al ejército romano, y, además, la aparición de bárbaros difícilmente encuadrables en un ejército regular, hizo necesario buscar alguna solución.

Al licenciarse al final de su servicio 20 años para los legionarios, 16 para la guarnición de Roma, 25 para los auxiliares y 26 para los marineros- los soldados recibían el honroso título de veteranus (veterano), y el emperador, por medio del Aerarium Militaris creado en el año 2 a. C., les entregaba un premio en metálico, de 3000 a 5000 denarios, según épocas, y recibían ciertos privilegios, como casarse legalmente, regularizando cualquier unión anterior y otorgando la ciudadanía romana a los hijos que hubiesen tenido o a los que fueran a tener.

Asimismo, se les permitía instalarse en cualquier parte del Imperio, y si este lugar era una ciudad privilegiada, municipio o colonia, se convertían automáticamente en miembros de su consejo local u Ordo Decurionis, estaban exentos de ciertas cargas, como alojar militares en sus casas y no podían ser sometidos a castigos o penas infamantes.

Al mando de los pretorianos estaban los dos praefecti praetorium, que en ocasiones se reducían a uno solo.

Es más, adquirieron cierta mala reputación por incompetencia o cobardía en las tres principales batallas de mediados del siglo IV.

Un ejército romano en combate contra los germanos durante las guerras marcomanas . Relieve del sarcófago de Portonaccio (c. 180 d. C), Museo Nacional Romano .
Recreación de un legionario romano ataviado con una armadura de placas de acero . Museo Militar Nacional, Rumanía.
El águila dorada era el símbolo del Imperio, y coronaba los estandartes de cada legión.
Una balista , maquinaria de guerra utilizada en los campos de batalla y asedios de la época.
Reconstrucción de una torre de vigilancia romana en Holanda .
Trirreme romano representado en un mosaico.
Relieve de un soldado pretoriano procedente de Pérgamo (Turquía). Viste uniforme de cuartel, esto es, sin corarza, portando lancea , gladius , cingulum militiae y un pequeño escudo tipo caetra .