Darío I derrotó a los griegos de Asia Menor y envió una expedición contra los griegos continentales encabezada por Mardonio que acabó naufragando y otra posterior dirigida por Datis y Artafernes que fue derrotada por los griegos en la batalla de Maratón en años 490 a. C. Posteriormente, Jerjes comandó otra expedición persa que llegó a saquear Atenas, pero en 480 a. C. fue derrotada en la batalla de Salamina y en 479 a. C. en la batalla de Platea.
En los 50 años siguientes, conocidos como la Pentecontecia, Atenas, dirigida por gobernantes como Temístocles, Cimón y Pericles, se engrandeció y formó la Liga de Delos, a la que se unió la mayoría de las islas del Egeo.
En el año 431 a. C. se desató una serie de guerras como no las había tenido Grecia en siglos pasados.
Tebas luchó contra la hegemonía de Esparta, primero en solitario y más tarde apoyada por Atenas y tras derrotar a Esparta en la batalla de Leuctra en 371 a. C., Tebas logró la hegemonía.
Las primeras décadas del siglo V a. C. representan un periodo de transición entre la escultura arcaica y la clásica, denominado estilo severo.
La arquitectura griega antigua se distingue por sus características altamente formalizadas, tanto de estructura y decoración.
La arquitectura y la escultura, que estamos acostumbrados a ver en mármol, se policromaban por afamados pintores.
La filosofía del siglo V a. C. tuvo figuras muy sobresalientes como Sócrates, Gorgias, Protágoras, Jenófanes, Parménides, Zenón,[4] Demócrito, Empédocles y Anaxágoras.
Abundaron los escritores de tragedias, género en el que los principales autores fueron Esquilo, Sófocles y Eurípides.
Los dioses olímpicos más adorados e importantes fueron: Zeus, Apolo, Atenea, Hera, Ares, Hefesto, Poseidón, Heracles, Artemisa, Afrodita, Dioniso, Deméter, Hermes.