[1]Mientras que los demás dioses olímpicos son perfectos, Hefesto tiene la particularidad de sufrir una discapacidad física y realizar trabajo manual.
La versión popular del mito dice que Hera lo tiró al mar desde el Olimpo para ocultarlo cuando nació con cojera.
Hefesto y Atenea Ergane (como patrona de los artesanos) se honraban en una fiesta llamada Calqueas en el trigésimo día del mes Pianepsio.
Los demás dioses rogaron a Hefesto que volviese al Olimpo y la liberase, pero él se negó, enfadado aún por haber sido expulsado.
Hefesto, contrariado por la treta y dueño de la situación, demandó que se le permitiera vivir en el Olimpo para liberar a Hera, y que se le diera la mano de Afrodita.
Otras versiones afirman que fue su padre Zeus quien lo arrojó por intentar liberar a su madre, que estaba castigada con una cadena de oro entre la tierra y el cielo tras haber intentado ahogar a Heracles en una tormenta.
Esta versión contradice la otra más antigua en la que Hera es quien lo expulsa, donde la cojera es de nacimiento.
En el panteón olímpico, Hefesto estuvo casado con Afrodita, a quien nadie podía poseer.
Apiadándose de su indefensa creación, robó el fuego del Olimpo para que la humanidad pudiera calentarse.
Hefesto fabrica la maravillosa armadura y el escudo de Aquiles en agradecimiento a Tetis por criarlo.
Hefesto incendió la llanura y los cadáveres, dirigiendo la llama contra el río, haciendo hervir su corriente.
Escamandro se rindió al verse envuelto en llamas, y ante la orden de su madre, Hefesto frenó el ataque.
Hefesto era identificado por los griegos con los dioses-volcanes del sur de Italia Adrano y Vulcano.
[18][cita requerida] Una fuente tardía alega que Hefesto también dio la dote nupcial para casarse con Perséfone, pero fue rechazado.
Aunque Atenea huyó, él con gran dificultad (por su cojera) consiguió acercarse e intentó poseerla.
Lo puso en una cesta y se lo encomendó a Pándroso, hija de Cérope, prohibiéndole abrirla.
[22] Algunos autores sugieren que una Atenea más antigua y menos virginal se oculta tras esta retorcida reelaboración del mito.