El Mausoleo de Halicarnaso o el Sepulcro de Mausolo (en griego antiguo: Μαυσωλεῖον τῆς Ἁλικαρνασσοῦ, Mausoléion tes Halikarnasú) fue un monumento funerario suntuoso construido entre el año 353 y el 350 a. C.[1] en Halicarnaso (actualmente Bodrum, Turquía) para Mausolo, un sátrapa del imperio persa.
Esta edificación, asimismo, indica una nueva tendencia hacia lo monumental en el arte del período postclásico o helenístico.
La palabra mausoleo actualmente se utiliza para referirse a un monumento funerario y sepulcro.
Entre ellos estaba Escopas, el hombre que había supervisado la reconstrucción del templo de Artemisa en Éfeso.
En el centro del patio había una plataforma de piedra sobre la que se asentaba la tumba.
[8] Pausanias añade que los romanos tuvieron al Mausoleo como una de las principales maravillas, y que por eso el nombre de «mausoleo» pasó a aplicarse a toda tumba suntuosa.
Esto indujo a Fergusson a concluir que el edificio quedó convertido en ruinas, probablemente por un terremoto, entre esa época y 1402, cuando los caballeros hospitalarios o de Malta se establecieron en el lugar y consignaron por escrito que ya estaba en ruinas.
Todo lo que quedaba en el emplazamiento original en el siglo XIX eran los cimientos y algunos fragmentos de esculturas.
En las excavaciones emprendidas en 1972, todavía quedaban restos suficientes para recomponer el diseño de dicha cámara.
[8] Partes del grupo escultórico situado en la parte más alta (un grupo con un carruaje de cuatro caballos) y algún friso se salvaron, y hoy se pueden contemplarse en el Museo Británico de Londres.
Gran parte de la información que se ha recabado sobre el Mausoleo y su estructura proviene del romano Plinio el Viejo.
El edificio era rectangular, no cuadrado, rodeado por una columnata de treinta y seis columnas.
Estaba rematado por una superestructura piramidal que retrocedía en veinticuatro escalones hasta la cima, en donde había un carro con cuatro caballos de mármol y dos figuras humanas.
No obstante, expone muchos datos que ayudan al lector a recomponer las piezas del rompecabezas.
Otros escritos de Pausanias, Estrabón y Vitruvio también nos ayudan a reunir más información sobre el Mausoleo.
Se han encontrado veinte estatuas de leones con un tamaño ligeramente mayor al natural.
En 1852, dicho museo envió al arqueólogo Charles Thomas Newton a buscar más restos del Mausoleo.
En su lugar, Newton estudió los relatos de escritores antiguos, como Plinio, para tener una idea del tamaño y ubicación aproximados del monumento, y luego compró una parcela en el lugar más probable.
Por último, encontró las estatuas de Mausolo y Artemisia que habían estado en el pináculo del edificio.