Comúnmente, la literatura romana se divide en cinco épocas principales:[2] Este primer periodo no ofrece más que obras incompletas.
Estos sacerdotes al llegar la primavera recorrían todos los campos para obtener de los dioses una cosecha importante.
Algunos estudiosos opinan que estaban escritos en forma métrica los versos de estos cánticos y en versos saturnios de desigual medida sin otro signo prosódico que el yambo y del troqueo.
Desde esta primera época hubo la necesidad de acumular en una especie de catálogo, es decir, un inventario, los hechos y nombres principales relativos a la política o religión, como son los que se citan a continuación.
Los indigitamenta atribuidos a Numa y comentados más tarde por Granius Flaccus, como un repertorio sacerdotal de todos los dioses conocidos en el Lacio.
El arte griego apareció en Roma haciendo casi desaparecer ―bajo adornos nuevos― las obras de inspiración local.
Otro autor es Nevio, que se dio a conocer hacia los años 520 AUC.,235 a. C. ; gran apasionado de los griegos, se centró más en personajes romanos pero halló gran oposición en la aristocracia romana y fue incluso castigado con el destierro, muriendo en Útica hacia el año 550 de Roma, debido a la familia de los Escipiones, y a los Metelos.
Cultivó varios géneros, que son los siguientes: Entre estos poetas enciclopédicos fue Ennio, nacido el año 515 en Rudies, uno de los más fecundos y celebrados, ya que cultivó epopeyas, sátiras, comedias, tragedias, poemas filosóficos, didácticos, formándose un gran nombre.
Los hechos pasados están contados de una manera breve, pero los contemporáneos se relatan con mucho más detalle y no se sabe en cuantos libros está dividida y hasta que año llega.
Polibio achaca a la obra de Pictor cierta parcialidad hacia los romanos, pues deseando que Grecia conociera a sus compatriotas los presenta por el lado más favorable y poseía la obra una posición exactísima de las variaciones ocurridas en la Constitución romana.
No obstante esto se destacaron en la épica Varron de Altax, Virgilio y Ovidio.
Sin embargo a pesar de que se puede afirmar de que en el conjunto no satisface al lector por la representación de los caracteres, en la Eneida se han dado hermosas lecciones (véase la palabra Lección) a los poetas que han sucedido al autor del poema latino, pues se destaca por su gran armonía.
Con este carácter épico o heroico, Eneas ha sido presentado muchas veces como arquetipo, desde Homero que personifica en él al más valiente de los griegos, después del gran Héctor, siguiendo por una tradición que presenta a ese mismo Eneas vendiendo la causa troyana y de convenio con Antenor entregando su patria a los griegos.
Al parecer fue su pensamiento abrir nuevos caminos a sus descendientes e incluso el mismo Virgilio dice que la Eneida no fue su obra inspirada y que el mismo se reconvenía por haberla acometido sin la preparación suficiente con estas palabras:Tantum opus pene vilio mentis ingressus.
Bajo el consulado de Cicerón y en tiempo de Catulo, la tragedia, acaso porque no era más que una importación del arte griego, había ganado los sufragios necesarios de los eruditos y se había ganado el favor del público juntamente con las anteriormente citadas mimas (pantomimas), especie de farsas (sainetes) en que la improvisación y el gesto del actor parecen haber constituido el más capital elementos.
Eclìpsaba estas farsas todos los demás géneros escénicos y obtenían una inmensa popularidad.
Julio César en su irritación concedió el primer premio a su rival que le había merecido menos.
La tragedia en Roma no tuvo mucho éxito y hubiesen desaparecido completamente de la escena por los siguientes motivos: Pero la tragedia como se ha dicho anteriormente bajo el consulado de Cicerón y en tiempo de Catulo reunió los sufragios necesarios y se había ganado el favor público como un género que era puramente literario.
Como autores hay que destacar a los siguientes: Finalmente como la comedia produjo dos grandes actores como Esopo y Roscio.
En la agricultura y la jurisprudencia, las dos ramas capitales de la ciencia romana hay que destacer a los siguientes autores: Todos estos autores fueron famosos por su ciencia y por sus obras de las cuales solo encontraremos imperfectos residuos en las obras ya del siglo VdJc Pandectas e Instituciones del gran emperador bizantino Justiniano.
En astronomía destacó Publio Nigidio Fígulo del que quedan fragmentos poco importantes.
En la poesía dramática se dio a conocer el escritor español Lucio Anneo Séneca, famoso filósofo que ha dejado nueve tragedias tomadas de asuntos griegos pero arregladas a la filosofía estoica por una mezcla de máximas.
La epopeya en este periodo es más histórica que a un relato novelado inspirado y se caracteriza por lo siguiente: Consecuencia de todo esto es que ya no volvería a hacerse una obra como por ejemplo la Eneida.
Las guerras púnicas prestan a Silio Itálico, orador y poeta conjuntamente, la ocasión de una tentativa poética en que el arte hace las veces del genio y en que la profesión e imitación ocupan el lugar de la inspiración.
En filosofía destaca Lucio Anneo Séneca el Joven, con sus Doce Tratados Filosóficos, forjados en una prosa preciosista llena de conceptismo, paradojas y antítesis, más once Cartas morales a Lucilio que son en realidad un tratado moral en epístolas.
Plinio el Viejo, tío del Joven, otorgó a las ciencias naturales un lugar importante en su Naturalis Historia, vasta enciclopedia en 57 libros que fue compendiada por Solino; los hispanolatinos Columela y Pomponio Mela trataron respectivamente sobre agricultura y geografía.
Este autor que vivió en el siglo III d. C. según Capitolino reunió 62.000 volúmenes para su Biblioteca y Alejandro Severo le escogía para sus lecturas particulares.
En retórica destaca Ausonio, nacido en Burdeos en 309, fue profesor de elocuencia, conde, cuestor, prefecto del pretorio, cónsul, procónsul, preceptor del emperador Graciano; escribió en verso Epigramas, Efemeride, Parentalias, Epitafios, Poema sobre los doce Césares, Ludus septem Sapientum (comedia), Idilios, Descripción de Mosela.
En la filosofía cristiana destacaron los siguientes autores: En matemáticas Boecio y Julio Fírmico Materno; más curiosas las obras de este último autor por los extraños caprichos que encierran que por las discusiones de la ciencia pura.
Las leges generales que desde Diocleciano se convierten en la verdadera y única fuente del derecho.