Batalla de Ipsos

Alejandro le dio la espalda y se dirigió al campo enemigo exclamando: «Entonces yo voy con tus adversarios, porque ellos me recibirán con todos los honores que me son debidos…» Al día siguiente, cuando la batalla empezó, Demetrio, a la cabeza de su mejor caballería, atacó a Antíoco, hijo de Seleuco, que huyó en espantada.

Pero en lugar de detenerse, Demetrio avanzó y, rápidamente, los elefantes del ejército coaligado le bloquearon la salida cayendo en la trampa.

Antígono luchó bravamente y murió abandonado por todos, salvo por Thorax de Larisa.

Estando la infantería antigónida privada del sostén de su caballería, el ejército coaligado se lanzó al asalto general, la caballería a la cabeza, y el frente se rompió.

Tras la derrota, Demetrio, que había dirigido al resto del ejército en ausencia de su padre, huyó con 9000 hombres a Éfeso.