Antígono desea llevar la guerra a Europa, pues es, al menos nominalmente, la cabeza del imperio.
Para Antígono, este período es favorable, aunque la toma de Tiro no le permite acceder a Egipto, muy fortificado.
Decide entonces apoderarse de Asia menor, mientras que manda a sus sobrinos, Telesforo y Polemón desembarcar en Grecia.
Las dos principales disposiciones del tratado son que cada uno conserva sus posesiones, y se proclama oficialmente la libertad de los griegos.
Por eso, la paz contiene en sí la extinción de la dinastía argéada, ya que conviene a todos ellos.
En definitiva, este arreglo mantiene el statu quo, lo que vistas las circunstancias, no es de extrañar.
Por el momento, los generales siguieron reconociendo a Alejandro como rey, ya que Casandro no anunció su muerte, pero parecía claro que antes o después, algunos o todos reclamarían el trono.