Tampoco eran enajenables, sino que estaban sometidos a las leyes del Mayorazgo, y la herencia de los títulos solo podía ser por Licencia real.
Los hidalgos españoles y caciques indios no eran nobleza titulada, aunque podían acceder a la titulación de obtener una merced del rey, cosa muy solicitada en la correspondencia de nobles indios y criollos hacia la España peninsular.
Siendo entonces los nobles indios elementos claves en las competencias de poder a nivel local entre corregidores, encomenderos, hacendados y mercaderes.
[36]Sin embargo, tras la Cédula de Equiparación de 1697 (y las reafirmaciones dadas en 1725 y 1767) se lograría mayores facilidades para que los indios (ordinarios o nobles) sean parte del Clero, incluso ya siendo considerados Cristiano viejo los nobles indios.
E incluso hubo caciques que fueron propuestos a la Canonización, como el Venerable Nicolás Ayllón.
Dichos varayocs se expandirían aún más en tiempos republicanos y ocuparían las responsabilidades de liderazgo en los cacicazgos que alguna vez ostentaron los nobles.
[48] El siguiente golpe fueron las altos perjuicios que hubo tras la Gran rebelión de los Andes, liderada por el noble inca renegado, Túpac Amaru II (José Gabriel Túpac Amaru), y apoyada por algunas facciones de nobles indios con ideas Liberales o con un Nacionalismo inca (en su etapa radical donde el Ilustrado José Gabriel se proclamó Inca rey del Perú)[49][50] y de nostálgicos ex-Austracistas que extrañaban las libertades políticas (Fueros) que se gozaba con la Casa de Habsburgo (en su etapa moderada donde aún era José Gabriel leal a España).
[62] Aquello generó que varios nobles indios consideraran que la Constitución de Cádiz y su concepto de Soberanía popular era un barbaro absolutismo con otro nombre, y tuvieran tendencias reaccionarias en la que apoyaran a las Partidas realistas que luchaban contra el Liberalismo español (pues percibían que los liberales defendían una concepción abstracta e ideologizada de la libertad, sin comprensión del problema del indio y enajenados del Realismo filosófico en sí) y en defensa de las libertades concretas de los fueros, lo cual a la postre los haría grandes aliados del Ejército Real del Perú y su Contrarrevolución a los movimientos liberales.
Aunque algunos indios de baja nobleza, como Ignacio Ninavilca, escogerían unirse paradójicamente a la causa patriota (intentando usurpar el liderazgo criollo y liberal del movimiento), pues tenían miedo de que Fernando VII de España restaurara el Absolutismo español, muy odiado por la nobleza indígena tras haber empoderado en exceso a los peninsulares, y tampoco confiaban en la resistencia española al absolutismo por su liderazgo liberal (a quienes percibían que con la Constitución Gaditana buscaban oprimir al indio al obligarles a tener los mismos deberes políticos de la Nación española antes que tener deberes diferencias como indios, haciéndoles anti-nacionalistas), creyendo que solo quedaba un viraje extremista con la separación absoluta de la Monarquía Española (identificando la raíz del problema en el estamento español) y que debían cortar con estos, aprovechando el conflicto de los criollos, para evitar que se consolide un Estado nación moderno que atente contra sus tradiciones políticas de las naciones indias (cosa que terminaría pasando con la instauración de la República del Perú, que se consideraba una sola nación unida por su soberanía abstracta en el estado a través de un Contrato social, y no varias naciones unidas unidas en un pacto de protección y servicio, pues triunfo la facción liberal-criolla esencial del movimiento).
[63] Estos eran la mayoría dentro de la elite indígena, puesto que descendían de los Curacas, Señores o Reyes prehispánicos cuyas jurisdicciones habían sido anexadas a los dominios del Sapa Inca durante la Expansión del Imperio inca, como los caciques chimúes, chachapoyas, huancas, chancas, etc; además de los nobles amazónicos que fueron avasallados por nuevas expediciones más allá del Tahuantinsuyo.
Estos indígenas eran en su mayoría ladinos (instruidos) que laboraban usualmente como escribanos, procuradores, intérpretes, tesoreros, contadores o comerciantes.
Estos nobles se organizaban en panacas, tanto en el Cuzco, ciudad central del Tahuantinsuyo, como en otras regiones, y eran conocidos como orejones.
[45] También se sabe que, aparte de uniones con criollos, también lo hubo con Afroperuanos, habiendo incas mulatos como Miguel Chirinos.
Estos incas titulados usualmente vivían en Europa y socializaban con las familias más poderosas de España.
[81] Muchos nobles naturales del Perú tenían una destacada tradición militar (por descender mayormente de los conquistadores españoles), por lo que servirían en las Fuerzas Armadas Españolas y participarían en sus múltiples guerras en Europa, además de prestar servicio a Monarquías aliadas como el Sacro Imperio Romano Germánico.
[82] Por otra parte, los nobles peninsulares en la corte virreinal peruana se encargarían de exportar los avances culturales del Siglo de Oro español al Perú y su Humanismo español, tratando de inculcar a los nobles peruanos una cultura en el que la alta dignidad no sea determinada solo por las "armas", sino también por la "virtud" y las "letras" como notas distintivas, reforzando los vínculos que los nobles tuvieron con la Cultura peruana (siendo muy influyentes en el desarrollo de las múltiples costumbres populares del Perú virreinal) y provocando que muchos nobles criollos se fascinen por el desarrollo de las Artes y la Literatura (haciendo que varios nobles peruanos destacaran como poetas), fundándose la Academia Antártica en Lima.
Este inconveniente no fue por causa de la legislación española, sino por la distancia geográfica con la sede del Rey en Madrid.
[94]Entre sus aportes culturales fue que la bandera rojiblanca sea presentada por el conde de la Vega del Ren.
Además que varias dinastías, como los Guamantica, se extinguieron, y muchas otras desaparecieron de la vida pública.
Además, se sabe que han sido escogidos para algunos cargos públicos municipales desde fines del siglo pasado (sobre todo a partir de 1980, cuando los indígenas obtuvieron derecho a votar), y que varios nobles indígenas han mantenido sus posiciones de influencia en sus comunidades campesinas.
Además, a nivel Historiografico, muchas tradiciones familiares reivindicando una ascendencia noble, tras ser investigadas, resultaron tener reclamos poco fundamento.
Sin embargo, ello generaría fuertes críticas por el mal desempeño económico del Perú en la vida independiente.
[180][181][182] Los Koller, una antigua familia aristocrática pomerania, llegaron como inmigrantes prusianos a Chile en el siglo XIX y tras la II Guerra Mundial.
Su abuelo hizo una fortuna con Bryce & Co., una de las principales casas comerciales del siglo XIX peruano.
Janet se casó en 1960 con el aristócrata británico David Mountbatten, III marqués de Milford Haven, y tuvieron dos hijos: George e Ivar.
Originarios de Pistoia, Toscana, los Rospigliosi se distinguen por su notable influencia en la historia y la sociedad peruana.
[214][215] Además, el futbolista peruano André Carrillo habría entablado amistado con varios jeques árabes de Arabia Saudita, quienes le han dado muchos obsequios.
Este era el rey Maurata, junto a su padre Kaimakoi, los cuales fueron raptados por marineros mercantes peruanos (quienes inicialmente tenían dudas de llevarse a un monarca, pero los capitanes presionaron) y luego serían vendidos en el puerto del Callao, sin saberse quienes exactamente lo compraron.
A su vez, entre el grupo de nobles rapanuis, que murieron trabajando para los hacendados criollos, se encontraban los sabios que conocían el significado de la escritura rongo-rongo, sabios equiparables a los Quipucamayoc andinos.
[235][236][237][238] Hubo varios nobles peruanos, sobre todo de la Nobleza incaica, que llegaron a residir en la Nueva España.