Habeis fundado tres repúblicas que en el inmenso desarrollo a que están llamadas, elevan vuestra estatua a donde ninguna ha llegado.
Así como durante la conquista del Perú (en el siglo XVI) se desarrollaron creencias y supersticiones en las que ciertos grupos de la élite indígena entendieron la llegada de Pizarro y sus tropas conquistadoras como la de un Pachacuti inevitable (un pachakuti es un ciclo de tiempo donde se trastorna el mundo, se invierte el orden, se transforma la tierra), lo que implicaba la venida de un castigo divino predicho por los oráculos.
Elegido diputado por Azángaro (1825), se mostró ferviente bolivariano y fue condecorado con la medalla cívica creada por el Congreso y poco después se incorporó a la Junta Departamental de Puno (1827-1832), llegando a ser presidente de dicha entidad durante tres años.
Como senador por Puno pasó a integrar el Poder Legislativo (1832),[3] presentando en su cámara proyectos para obtener la abolición del fuero eclesiástico y la extinción de los servicios personales de los indios.
Fue considerado por Clorinda Matto de Turner como el primer estadista que ha tenido el Perú.