La abogacía es una profesión libre e independiente: ni los poderes públicos ni los particulares puedan presionar al abogado, que a su vez tiene la obligación de defender su libertad e independencia frente a estas presiones.
La amplia formación de los abogados les da una ventaja estructural en el acceso a la política, la diplomacia y la función pública.
[8] Es difícil formular generalizaciones precisas que abarquen todos los países con múltiples profesiones jurídicas, porque cada país ha tenido tradicionalmente su propio método peculiar de dividir el trabajo jurídico entre todos sus diferentes tipos de profesionales del derecho.
Cuando Sócrates fue llamado ante los jueces para dar cuenta de sus opiniones sobre la religión, Lisias, célebre y elegante parlante ateniense le llevó un alegato que había trabajado con el mayor esmero para persuadir a la comunidad jueces; pero Sócrates, después de reconocer y celebrar su mérito, no quiso valerse de él, diciendo que aquello era poco correspondiente al carácter y fortaleza que debía manifestar la comunidad filósofa.
En los primeros tiempos de la República romana no había más que un solo abogado para defender una causa, así como uno solo era el que acusaba; pero después se siguieron con más aparato y su número regularmente era el de cuatro por cada parte.
El abogado es una persona profesional cuyo objetivo fundamental es colaborar en la defensa de la Justicia.
Debe destacarse que además de su intervención en el juicio, una función básica y principal del abogado es la preventiva.
Con su asesoramiento y una correcta redacción de los contratos y documentos, pueden evitarse conflictos sociales, de forma que el abogado, más que para los pleitos o juicios, sirve para no llegar a ellos con su mediación extrajudicial.
Tanto es así que en la mayoría de los procedimientos judiciales es obligatorio comparecer ante los tribunales asistido o defendido por un abogado en calidad de director jurídico, es decir, todo escrito o presentación judicial debe ir firmada por el cliente (o su representante legal, el procurador) y por su abogado, lo cual le garantiza un debido ejercicio del derecho a la defensa durante el proceso.
Como un caso muy especial puede citarse Francia, donde aún hoy en día, con algunas contadas excepciones, siguen trabajando solos o en pequeños grupos.
En primer lugar, y por lejos la forma más usada, son los abogados que ejercen solos o en pequeños grupos.
[cita requerida] En tercer lugar, independientemente de la estructura societaria elegida, están los estudios de abogados o estudios jurídicos, en los que generalmente se concentra la mayor parte del trabajo complejo y relevante que se realiza en un país para empresas, gobierno o personas.
Desde otra perspectiva, podemos decir que los despachos de abogados se clasifican en pequeños, medianos y grandes.