Las fábricas, con grandes muestras de avances tecnológicos, aumentan la productividad (y así aumentan el capital); en realidad, ahora son fábricas, antes se desarrollaban en el espacio doméstico de los campesinos, como pueden ser tejidos, utensilios, cerámica.
Estos «espacios industriales» implican una nueva manera de entender la arquitectura y el urbanismo.
La arquitectura contemporánea tiene sus orígenes en los cambios provocados por la revolución industrial, como han puesto de manifiesto los primeros teóricos que se ocuparon del tema, Pevsner, Benévolo, Giedion, Tafuri, Zevi, Franton, etc., y que resume Inmaculada Aguilar (1991, 94): - modifica las técnicas constructivas e introduce nuevos materiales como el hierro y el vidrio (más tarde el hormigón).
Se basa en la repetición, en la producción en serie, lo que necesita la realización previa de un modelo abstracto.
En muchos casos, la industrialización en estos países no aparece de forma natural, como ocurrió en Reino Unido gracias al aumento del comercio y el desarrollo de la industria pesada como la minería, sino que aparece debido al impulso que las instituciones nacionales o internacionales le dan a la economía.
Uno de los aspectos más importantes es que el desarrollo del sector terciario ha precedido a la industrialización en estos países, no como en la industrialización de Europa, donde primero se desarrolló el sector primario.