La producción económica se divide en: Se asume que el consumo de bienes y servicios provee de utilidad (satisfacción) al consumidor.
La división de los consumibles en bienes físicos y servicios intangibles es una simplificación: no son categorías discretas.
Por ejemplo, un restaurante provee un bien físico (comida preparada), pero también ofrece el servicio en forma de ambiente, preparación y limpieza de mesas, etc. Y aunque algunas utilidades, tales como los proveedores de electricidad, proporcionan exclusivamente servicios, otras ofrecen bienes físicos, tales como el agua.
Para la contratación del sector público en la Unión Europea, el suministro de electricidad se define como bien, más que servicio.
[1] Los bienes normalmente son estructurales y pueden ser transferidos en un instante mientras que los servicios se entregan en un periodo de tiempo.