[1] Rehabilitado en 1913 por: El primer escollo radicó en el hecho de que el I Conde y creador del mayorazgo, Agustín de Salazar y Muñatones, no tuvo hijos varones con ninguna de sus dos esposas.
Su cuantiosísima herencia habría de dividirse, pues, entre sus tres hijas, reservándose el derecho de designar a la heredera del mayorazgo y título.
La familia regresará poco después al Perú, pero dado que en 1823 la recién instaurada República había abolido los títulos nobiliarios, el último conde será Fernando de Carrillo de Albornoz y Zabala (1810-1864).
Murió sin hijos, y el título fue reclamado por Sofía de Salazar y Aguirre, pariente de mejor derecho, siendo su bisabuelo primo en 3.er grado del primer conde.
A su muerte heredó su sobrino-nieto, José Ignacio de Moyúa y Maiz.