Es por eso que la cultura peruana se la considera una cultura mestiza y eso queda ampliamente demostrado en su gastronomía que es reconocida por su variedad de platos, bebidas y postres, en las danzas como la marinera, el festejo, el tondero, el huayno, el huaylas, el wititi, la diablada, los huayruros entre otros.
Estos se hallaban en la etapa del paleolítico superior y fue exclusivamente a su esfuerzo, sin influencia foránea, que pudieron escalar paulatinamente hacia la alta cultura.
Surgieron otros centros culturales en el actual Perú, como Cupisnique, Pacopampa, Kuntur Wasi, Garagay y Chavín de Huántar.
Se implantó un sistema mercantilista, sostenido por la minería de la plata, el monopolio comercial y la explotación del pueblo llano indígena.
Las letras también fueron el reflejo de las escuelas literarias que se daban en Europa, pero hubo literatos nacidos en el Perú que bajo ese influjo destacaron creando peculiares obras maestras, como el Inca Garcilaso de la Vega, Juan Espinoza Medrano, Pedro Peralta y Barnuevo, entre otros.
A partir de fines del siglo XVI e inicios del siglo XVII, el poder virreinal se vio lentamente debilitado por el contrabando comercial y la insurgencia separatista, primeramente indígena (como la de Túpac Amaru II) y posteriormente también criolla.
La arquitectura virreinal se adaptó al medio de cada región y desarrolló los estilos imperantes en Europa.
La escultura colonial siguió las corrientes europeas, y al igual que la pintura, tuvo la finalidad práctica de decorar los ambientes religiosos.
Luego surgieron varias corrientes: La pintura costumbrista, cuyo máximo representante es Pancho Fierro; la pintura académica, influenciada por las escuelas de Europa, y cuyos exponentes son Ignacio Merino, Francisco Laso, Luis Montero, Francisco Masías, Daniel Hernández Morillo, Teófilo Castillo, Carlos Baca-Flor; la pintura indigenista, que resalta el nacionalismo y el regionalismo provinciano, siendo su iniciador José Sabogal y que contó con varios representantes, como Julia Codesido, Jorge Vinatea Reinoso, Mario Urteaga Alvarado, Enrique Camino Brent.
[20] En el siglo XX aparece una segunda generación que sabe emplear los elementos folclóricos haciendo con ellos una transformación de las armonías y melodías (estilización del folklore).
[22] Los tenores peruanos de relieve mundial son Alejandro Granda Relayza, Luis Alva Talledo, Ernesto Palacio, Francesco Petrozzi y Juan Diego Flórez.
[25] El más conocido es el aríbalo, nombre que le dieron los españoles por su lejano parecido con las ánforas griegas.
Pero solo posteriormente la metalurgia en su forma compleja alcanzó una hábil manufactura, siendo Chongoyape y Kuntur Wasi, hacia 1000-200 a. C., los centros más antiguos que testimonian este florecimiento.
[28] Bajo la época Tiahuanaco-Wari alcanzó su esplendor la tapicería y floreció también el arte plumario como complemento del tejido; su decoración es altamente simbólica y de trazos sofisticados, sobre todo cuando representa al dios de los báculos, el mismo que aparece en la Portada del Sol.
La música andina o vernacular proviene de tiempos inmemoriales y aunque ha recibido el influjo hispánico, se ha perpetuado en huainos, mulizas, etc.
Cabe señalar, sin embargo, que la cumbia peruana no es un género totalmente unificado desde el punto de vista del estilo.
El festejo, la zamacueca, el alcatraz, etc., también tienen ascendiente africano y lo cultivan especialmente la gente morena del Perú, como se conocen a los afroperuanos.
[41] En las postrimerías de la Colonia, la investigación científica se limita a identificar los productos naturales que debían ser explotados.
[42] Entre los siglos XIX y XX surgieron varias personalidades representativas de las diferentes ramas científicas.
En el estudio de las ciencias naturales destacó un sabio italiano, Antonio Raimondi, así como los peruanos Sebastián Barranca y Fortunato Herrera.
Su misión fue realizar cruceros de investigación oceanográfica en el dominio marítimo peruano y en la Antártida, donde está la Base Machu Picchu.
[48] La literatura peruana tiene su primer vestigio en la obra dramática anónima Ollantay cuyos orígenes se pierden en los tiempos del incanato.
A partir de la época republicana son varios los exponentes de la literatura peruana como los dramaturgos costumbristas Felipe Pardo y Aliaga y Manuel Ascencio Segura, pero el mayor literato del siglo XIX fue Ricardo Palma con sus célebres Tradiciones Peruanas.
En poesía, además de Palma, destacan Carlos Augusto Salaverry y Luis Benjamín Cisneros, todos ellos representantes del Romanticismo.
Las fiestas religiosas eran numerosas y se celebraban pomposamente con misas, sermones, procesiones, desfiles alegóricos e incluso festejos populares, tales como corridas de toros, fuegos artificiales.
El chef Gastón Acurio sostiene que la cultura peruana —tanto en su mestizaje como en sus expresiones “puras”— tuvo un papel central en la revolución gastronómica del país.
Al mismo tiempo, señala que esa revolución expresa la cultura y la pone en valor, tanto en el exterior como en el Perú.
[59] La otra medalla de plata lograda por el país en los Juegos Olímpicos corresponde a la disciplina del voleibol, cuando en 1988 en Seúl, el seleccionado peruano cayó por 3-2 ante la Unión Soviética en la final.
[63] Futbolistas peruanos destacados del siglo XX han sido: Alejandro Villanueva, Lolo Fernández, Alberto Terry, Valeriano López, Víctor Benítez, Teófilo Cubillas, Héctor Chumpitaz, Hugo Sotil, César Cueto, Guillermo La Rosa, Juan José Muñante, Gerónimo Barbadillo, Julio César Uribe, Franco Navarro, Chemo del Solar, Roberto Palacios, Nolberto Solano.
Estrellas femeninas de este deporte han sido: Lucha Fuentes, Pilancho Jiménez, Gaby Pérez del Solar, Cecilia Tait, Cenaida Uribe, Natalia Málaga, y otras más.