Ajedrez

[1]​ En su versión de competición, está considerado como un deporte,[2]​ aunque en la actualidad tiene claramente una dimensión social,[3]​[4]​[5]​ educativa[6]​[7]​[8]​ y terapéutica.

Al principio del juego cada jugador tiene dieciséis piezas: un rey, una dama, dos alfiles, dos caballos, dos torres y ocho peones.

Este juego, tal como se conoce actualmente, surgió en Europa durante el siglo XV,[13]​ como evolución del juego persa shatranj, que a su vez surgió a partir del más antiguo chaturanga,[14]​[15]​[16]​[17]​ que se practicaba en la India en el siglo VI.

Este ajedrez primitivo se conocería como chaturanga (चतुरङ्ग en sánscrito) en Persia y tras la conquista por los árabes continuaría desarrollándose siguiendo las expansiones islámicas.

Por ellos llegó el juego, que solo por adaptación fonética se llama shatranj, a su primera época de gran esplendor.

[18]​ Del siglo duodécimo procede un poemario compuesto en hebreo por el filósofo sefardí Abraham ibn Ezra (1089-1164).

Es frecuente en el mundo del ajedrez utilizar este sistema para poder reproducir y comentar las partidas.

Debe, sin embargo, dejarse constancia de que muchos autores y especialistas han empleado o prefieren continuar utilizando la llamada notación descriptiva.

En partidas amistosas, el ritmo de juego es normalmente acordado por los jugadores, que pueden decidir si utilizan un reloj o no.

También existen otros métodos, como la notación descriptiva (actualmente en desuso), o el sistema de Forsyth-Edwards para anotar posiciones particulares.

Las normas generales de la notación algebraica son: Algunos símbolos utilizados para comentar partidas son: En el juego del ajedrez se consideran habitualmente tres etapas: Cada fase de la partida requiere del jugador planteamientos tácticos y estratégicos generalmente distintos.

Sin embargo, ganar una partida muchas veces no implica intentar dar mate al rey enemigo.

Se entiende por táctica ajedrecística, al conjunto de procedimientos, generalmente implicando una o unas pocas jugadas, por las que un jugador intenta ejecutar en el tablero una idea sencilla.

Eso favorece el que esa pieza pueda realizar con frecuencia ataques dobles (llamados también horquillas).

Se conoce como estrategia ajedrecística al conjunto de planes que realiza un jugador en una partida a medio o largo plazo.

Las decisiones estratégicas pueden influir en el futuro de una partida durante muchas jugadas, o incluso en su totalidad.

Los jugadores también se suelen calificar como posicionales o tácticos, según cuál sea su punto más fuerte.

En la mayoría de los casos, puede determinarse según el conjunto de aperturas usadas por un jugador, según sean abiertas o cerradas, la tendencia a adoptar sistemas posicionales donde se resuelvan a largo plazo y planes menores o tácticos para los que usen aperturas abiertas.

Malbaratar y perder la iniciativa que da la ventaja de salir con blancas; permitir peones pasados del oponente, o no producir los nuestros.

Y si el oponente está atrasado en desarrollo, se debe retrasar aún más creando amenazas.

La parte defensiva debe averiguar las amenazas, desvelar el plan del adversario, anticipar sus movimientos y buscar un contraataque eficaz.

En posición igualada o casi, se debe maniobrar para obtener alguna ventaja, algún desequilibrio, y luego pasar al ataque.

El bando predominante en la lucha de posiciones debe acumular pequeñas ventajas y transformar las temporales en permanentes.

Y cuando jugadores del mismo nivel juegan al ajedrez, su objetivo es obtener las pequeñas que conduzcan a ganar.

Para jugadores poco avanzados, la partida es simplemente una sucesión de episodios tácticos, a menudo no relacionados entre sí.

Las partidas parecen ganarse o perderse casi por azar, por ejemplo, al «hacer una mala jugada» que pierde material.

Al avanzar en el juego, sin embargo, los jugadores adquieren un control tal que los errores más graves van desapareciendo.

Normalmente un jugador que es muy fuerte estratégicamente y más débil tácticamente usará con frecuencia su intuición en sus decisiones.

Los jugadores muy avanzados son capaces de desarrollar una intuición ajedrecística que les permite descartar rápidamente las jugadas erróneas sin apenas calcular.

Incluso entre los campeones mundiales pueden señalarse algunos que poseían sobre todo una acertadísima y original visión posicional (José Raúl Capablanca, Alexander Alekhine, Mijaíl Botvinnik, Tigran Petrosian, Anatoly Karpov) y los que destacaron sobre todo por su extraordinaria capacidad táctica (Emanuel Lasker, Alexander Alekhine, Mijaíl Tal).

Disposición inicial de las piezas del chaturanga , precedente del ajedrez actual
Juego de ajedrez con las piezas en su posición inicial al lado de un reloj reglamentario
Ajedrez durante los recreos en el colegio 126 de Valcheta Río Negro
Piezas de ajedrez, modelo Staunton : rey blanco, torre y dama negras, peón blanco, caballo negro y alfil blanco
Reyes y damas del Ajedrez de la isla de Lewis , del siglo XII , de posible origen nórdico.
Reloj de ajedrez analógico fabricado en la Unión Soviética
Reloj de ajedrez digital
Nombre para cada casilla según la notación algebraica. El rey blanco se sitúa en la casilla e1 al principio de la partida.
Dos niños de una escuela de ajedrez, en la fase de apertura del juego
Partida entre Veselin Topalov y Gata Kamski , en febrero de 2009, en Sofía , durante el Campeonato del mundo de ajedrez
La dama blanca está clavada por la dama negra.
Ajedrez de color transparente
Jugando al ajedrez , de José Gallegos y Arnosa .
Miniatura del Libro del ajedrez, dados y tablas de Alfonso X el Sabio que representa a un judío (izquierda) y a un musulmán (derecha) jugando al ajedrez.
Una partida de ajedrez en GnuChess corriendo en GNU/Linux
El niño prodigio del ajedrez, Samuel Reshevsky , de ocho años, derrota a varios maestros del ajedrez, en unas partidas simultáneas en Francia
Tablero de ajedrez gigante como regalo por parte de Alemania por el Bicentenario argentino en Plaza Alemania
Ajedrez callejero en Bangkok