[4] El escritor evocó su infancia como una época poco feliz, marcada por un carácter solitario e introvertido y por la figura autoritaria de su abuelo.Por otra parte, y pese a las estrecheces económicas, su padre tenía el gusto por la lectura; llegó a tener una nutrida biblioteca de enciclopedias y autores clásicos, que sin embargo debió vender por problemas de dinero.Durante su estadía en el Colegio escribió para la revista del mismo su primer artículo, dedicado al Inca Garcilaso, pero la edición fue censurada por los sacerdotes.Aunque ya escribía ficción, todavía no se sentía seguro de sus capacidades, por lo que decidió enviar tres cuentos a tres autores, «un narrador, un poeta y un crítico»: José María Arguedas, Wáshington Delgado y Armando Zubizarreta.La revista sacó su primer número en noviembre de 1966, y si bien nunca mantuvo a un elenco estable de integrantes fuera del grupo fundador, en su breve trayectoria reunió a autores como José Watanabe, Augusto Higa, Antonio Gálvez Ronceros, Juan Morillo, Eduardo González Viaña, Gregorio Martínez Navarro, Roberto Reyes Tarazona, Hildebrando Pérez Huarancca, Ana María Mur y Rosa Carbonel.[13] En este contexto Gutiérrez escribió su primera novela, El viejo saurio se retira, basada en sus recuerdos de adolescencia y publicada en 1969.Esta edición exhibió una mayor radicalización de las posturas políticas del grupo, expresada en la crítica al gobierno de Juan Velasco Alvarado, contrastando con otros escritores e intelectuales izquierdistas que adhirieron al régimen por sus políticas nacionalistas y distribucionistas.[17] Sin embargo, los proyectos personales de sus integrantes llevaron a una nueva disolución del Grupo en 1976.Tras el desencanto con la experiencia china, Gutiérrez y su esposa ensayaron una nueva reunión del Grupo Narración, si bien ya con importantes ausencias y deserciones, debido a que muchos exintegrantes se encontraban residiendo en el extranjero o abocados a sus propias carreras.Mientras que la mayoría de los miembros o exmiembros optaron por la primera, Hildebrando Pérez Huarancca y Vilma Aguilar escogieron la segunda.[12][13][21] Gutiérrez, por su parte, si bien en un principio se interesó en la figura de Abimael Guzmán, líder de Sendero, se alejó en desacuerdo con algunas ideas y formas, en especial el culto a la personalidad que empezó a imponer a los militantes, culto que más tarde formalizaría en el «Pensamiento Gonzalo», una doctrina política propia que Guzmán estableció como línea ideológica de la organización.[15] La obra tuvo una mejor recepción que su antecesora (se la considera su primera obra madura), con la crítica ponderando su manejo de las distintas técnicas y recursos narrativos desplegados, si bien algunos le reprocharon una excesiva influencia de William Faulkner y un supuesto descuido en el lenguaje.Con el tiempo, sin embargo, ha sido revalorado, y en la actualidad se lo considera un valioso estudio de esa generación.[21][24][25] Ese mismo año solicitó su retiro anticipado como profesor en La Cantuta para dedicarse completamente a escribir.[15] En 1997 inició una relación con Mendis Inocente Flores, su segunda esposa y quien lo acompañó hasta sus últimos días.[15][26][49] A ella le siguieron Una pasión latina (2011), con la que incursiona en la novela negra, basada en la crónica de un crimen real,[6][50] y su última novela, Kymper (2014), sobre un fugitivo buscado por Sendero Luminoso, el Comando Rodrigo Franco y su esposa.En 2013 fue nombrado doctor Honoris Causa por la Universidad Ricardo Palma, ocasión en la que pronunció su conferencia La novela y la vida.Uno de los aspectos más criticados y discutidos en torno a la figura de Miguel Gutiérrez ha sido su filiación marxista, que durante mucho tiempo fue usada como argumento para descalificar su obra, cuando no directamente ignorarla, y sobre el que el mismo autor se pronunció en varias ocasiones.