Ricardo Palma

Cultivó prácticamente todos los géneros: poesía, novela, drama, sátira, crítica, crónicas y ensayos de diversa índole.

En 1892 representó al Perú en el cuarto centenario del Descubrimiento de América realizado en Europa.

[n 2]​ Pedro, comerciante mestizo con aspiraciones, doblaba en edad a Dominga, quien era cuarterona (ascendencia subsahariana).

Terminada la secundaria, siguió leyes en el Convictorio de San Carlos (aunque algunos cuestionan este dato como una superchería del autor y otros dicen que probablemente fuera alumno externo).

[4]​ Se inició como masón a los 22 años en la logia chalaca del Callao Concordia Universal,[3]​ el 4 de julio de 1855, siendo venerable maestro Damián Alzamora, orador Antonio Álvarez del Villar y secretario José Antonio Barboza.

Los casi tres años que pasó en esa ciudad —durante los cuales realizó frecuentes viajes a Santiago— fueron literariamente «intensos y fructíferos».

[7]​ Regresó al Perú en agosto de 1863, después de ser amnistiado, y en julio del año siguiente fue nombrado cónsul en el Pará, Brasil, cargo que aparentemente no llegó a ejercer: obtuvo una licencia y viajó a Europa: El Havre, París, Londres.

En 1865 retornó vía Estados Unidos —se quedó un tiempo en Nueva York—, cuando Perú está ya en pleno conflicto con España.

Odriozola, contra el que también había orden de arresto, «logró asilarse en la legación norteamericana».

En 1872, tuvo un hijo natural con la ecuatoriana Clemencia (o Clementina) Ramírez: Clemente Palma, quien se convertiría en un destacado escritor.

Solo dos piezas de su periodo inicial han sobrevivido: el drama Rodil: Drama en tres actos y un prólogo, escrito en prosa y verso (1851), redescubierto cien años después de su estreno en 1952 por José Jiménez Borja en la biblioteca del Club Nacional (Palma había destruido prácticamente todos los ejemplares) y la comedia El santo de Panchita, que escribió en 1859 junto con Manuel Ascencio Segura.

A los 15 años, la misma edad en la que hizo su debut literario, dirigió El Diablo, un periódico político y satírico.

Sea como fuere, e independientemente de las discusiones en torno a sus méritos literarios, es innegable el impacto que esta obra tuvo en la narrativa hispanoamericana.

En ningún momento Palma se maravilla, ni celebra al contarlo, simplemente relata hechos o anécdotas.

Su publicación no se dio hasta 1973,[18]​ cuya primera edición fue producida por Francisco Carrillo y Carlos Garayar.

Tradiciones en salsa verde está compuesto por dieciocho narraciones, casi todos son breves en su relato, contexto y conjunto.

[19]​ George W. Umphrey y Carlos García-Prada, estudiosos de la obra de Palma, caracterizaron la contradictoria figura del escritor con las siguientes palabras: Raúl Porras Barrenechea, por su parte, dice: José Gálvez, a su vez, señala que: José de la Riva Agüero opina que Ricardo Palma es: Manuel Beltroy sostiene que: Augusto Tamayo Vargas afirma: Palma hace durante la Guerra del Pacífico una amarga pero superficial crítica del indio y su cultura, abyecta y degradada, cobarde, sin patria y enemigo del blanco.

Muchas instituciones educacionales (la Universidad Ricardo Palma, escuelas varias), culturales, medicinales y de otra índole llevan su nombre.

En Miraflores funciona la Casa Museo Ricardo Palma, que es también un centro de investigación dedicado a la obra del escritor.

El balneario de Chorrillos , 1843, óleo de Mauricio Rugendas .
Ricardo Palma y Cristina Román con 5 hijos de la pareja y Clemente Palma .
Escultura de Palma en Bogotá .
Edición de 1893 de Tradiciones Peruanas .
Los restos de Ricardo Palma se encuentran en el Cementerio Presbítero Matías Maestro .