Alejandro Granda Relayza

Es la figura máxima de la lírica peruana y la que mereció mayor reconocimiento mundial.

Su primera presentación pública creó en torno del cantante un movimiento de simpatía que llegó a las esferas oficiales, es así que la compositora lo presenta con el entonces presidente de la república Augusto B. Leguía quien, diciendo: "El Perú también tiene un Caruso", le otorgó una beca integral para educar sus aptitudes vocales en Italia, ya que su país no podía ofrecerle las posibilidades de desarrollarse artísticamente.

Posteriormente cantó en escenarios de Madrid, Barcelona, San Sebastián, Bilbao, Valencia, Lisboa, Oporto, París, Vichy, Montecarlo, Leipzig, Hamburgo, Bremen, Múnich, Baden-Baden, Breslavia y en algunas ciudades de Letonia, Estonia, Finlandia, Rumania, Hungría y Egipto.

Con el mismo maestro cantó Rigoletto, en compañía de Toti dal Monte y Carlo Galeffi.

Consagrado a la enseñanza, permaneció algunos meses en Estados Unidos y México hasta su segundo regreso al Perú en 1946.

A sus condiciones vocales el tenor Alejandro Granda agregaba una rica experiencia escénica, desarrollada en su vasto repertorio lírico.