Rasgo distintivo de este monumento es su fachada enchapada con monolitos de caras planas, sobre las que se hallan grabadas figuras en relieve, que en conjunto parecen escenificar sacrificios humanos.El de barro o adobes, el más antiguo, muestra remodelaciones en tres fases, que han sido fechadas entre los años 2400 y 2300 a. C. O sea, prácticamente cubriendo a esta estructura de barro, se eleva un edificio de piedra, cuya característica más importante es su fachada de bloques líticos decorados con relieves, que representan a “guerreros-sacerdotes” y cuerpos mutilados, que se consideraban ofrendas a los dioses.Los personajes representados en los monolitos de las fachadas son de dos clases: los guerreros-sacerdotes (ataviados con un arma o cetro) y las víctimas descuartizadas o sus despojos (cabezas principalmente, extremidades, ojos ensartados, intestinos, vértebras y vísceras), creando una escena sombría.Cabe destacar que todas estas figuras representan a humanos, sin presencia de semidioses o animales..En la misma margen del río Sechín, al noreste, se encuentra el complejo de Sechín Alto, considerado el mayor conjunto arquitectónico del Perú, pues abarca de 300 a 400 hectáreas.Una posición marxista ha sostenido que es la representación de una rebelión popular aplastada sangrientamente por la élite gobernante.
Relieve de Sechín que representa cabezas apiladas.
Vista de la cima del cerro Sechín desde la explanada principal. Sobre esta cumbre se emplaza un
pucará
cuya función probablemente era de un reducto al cual acudían los gobernantes del sitio durante conflictos.