Años después, en 1937, el arqueólogo peruano Julio C. Tello trabajó en Moxeke, siendo su discípulo Toribio Mejía Xesspe quien descubrió grandes figuras policromadas, que es lo más llamativo del complejo.
Tello describió con mucho detalle esta huaca y lo incluyó en su lista de expresiones emparentadas con la cultura Chavín.
Los arqueólogos estadounidenses Thomas y Shelia Pozorski estudiaron el lugar en la década de 1980 e hicieron aportes fundamentales.
[2] La Huaca A está constituida principalmente por piedras sin trabajar, afianzadas con mortero de arcilla; sólo ocasionalmente fueron utilizados adobes cónicos.
Sin embargo, al igual que en otros sitios cercanos a la costa, la alimentación se basaba principalmente en los productos de la pesca.
[4] Este complejo, que tiene todas las características de una ciudad planificada, fue indudablemente un centro administrativo-ceremonial del Período Formativo o Inicial, época importante para el desarrollo de la cultura andina, pues fue cuando apareció la cerámica, el tejido como industria y el riego por canales a gran escala.