El contacto con la naturaleza en Chuquitanta agudizó sus sentidos, lo que luego desarrollaría en su obra poética y literaria.
Tiempo después continuaría con sus estudios de manera autodidacta, en parte estimulada por su hermano mayor Jorge.
En marzo de 1918, César Vallejo le hizo una célebre entrevista como corresponsal del semanario Trujillano La Semana, en la que Eguren dice al inicio, entre otras cosas: "¡Oh, cuánto hay que luchar; cuánto se me ha combatido!
Su obra plástica fue alabada, entre otros, por el crítico más importante de la época: Teófilo Castillo.
En 1928, Martín Adán publica "La Casa de Cartón", con dedicatoria "a José María Eguren".
En 1929, cuando ya estaba olvidado por el canon occidental|canon literario peruano, la revista Amauta organiza un homenaje a Eguren, en el número 21, en el que colaboran con ensayos y poemas ilustres escritores como José Carlos Mariátegui, quien ya le había dedicado un estudio en su libro "7 ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana", Jorge Basadre, Xavier Abril, Gamaliel Churata, Carlos Oquendo de Amat, María Wiesse, entre otros.
Sin embargo, su precaria salud le impidió la recepción pública de tal designación.
Mariátegui dijo de Eguren que "representa en nuestra historia literaria la poesía pura".