Frecuentó los cafés y salones literarios parisinos, y en 1866 colaboró en el primer Parnaso contemporáneo publicando los Poemas saturnianos, influenciados por Baudelaire, aunque ya anunciaban el «esfuerzo hacia la Expresión, hacia la Sensación devuelta» (carta a Mallarmé del 22 de noviembre de 1866), propósito que desarrollaría en sus mejores obras.
En el año 1869, las Fiestas galantes, fantasías evocadoras del siglo XVIII de Watteau, confirmaban esta orientación.
Al mes siguiente, la joven pareja empezó a vivir con los padres de Mathilde, fue entonces cuando Arthur Rimbaud aparece en su vida y la cambia completamente.
Rimbaud se muda con ellos por invitación de Verlaine, quien había descubierto el genio precoz del adolescente.
Durante este viaje, escribe una gran parte de la colección Romanzas sin palabras.
En sus últimos años fue elegido «Príncipe de los Poetas» (en 1894) y se le otorga una pensión.
La influencia de Verlaine fue grande entre sus coetáneos y no hizo más que crecer tras su fallecimiento, tanto en Francia como en el resto del mundo.
La obra de algunos grandes poetas del ámbito hispánico, como Rubén Darío, Manuel Machado, José Martí o Pablo Neruda son consecuencia directa o indirecta de la del poeta francés.