Xavier Abril

Perteneció a la Generación del 30 (la misma a la que pertenecieron los poetas peruanos Martín Adán, Emilio Adolfo Westphalen, César Moro y Carlos Oquendo de Amat) y es considerado por la crítica como el introductor del surrealismo o suprarealismo en el Perú.

El poeta pasó una larga temporada en Europa (1926-1936), durante la cual se integró a las actividades del grupo surrealista original: André Breton, Paul Eluard, Louis Aragon y Tristan Tzara.

Poeta talentoso y perseverante, Xavier Abril publicó unos pocos poemarios en su larga vida, dejando una gran cantidad de textos inéditos.

Frecuentó el selecto círculo cultural del poeta José María Eguren, en Barranco.

Allí participó en el debate surrealista junto a Breton, Eluard, Aragón, entre otros.

Ese mismo año fue designado coeditor de la revista Front –revista trilingüe– editada en Ámsterdam.

Colaboró además en diversos periódicos españoles, como Frente, Pueblo y Mundo obrero.

Viajó al norte de África, donde visitó Ceuta, Tetuán, Tánger, Fez y Casablanca.

Nuevamente en el Perú, en 1937 publicó en Lima su libro de poemas Descubrimiento del alba.

A fines de 1941 partió hacia Buenos Aires, donde fue agasajado por el Pen Club, junto con Baldomero Fernández Moreno y Conrado Nalé Roxlo.

Descubrimiento del alba está considerado como uno de los más importantes poemarios aparecidos durante el siglo XX.

Este libro fue seleccionado por el gran novelista James Joyce cuando tuvo que reducir significativamente su biblioteca; después de su muerte aún se encontraba allí.

Falta también publicar su abundante epistolario con las más destacadas figuras de la vanguardia en América y Europa.

La etapa surrealista de Abril quedó plasmada en su segundo libro Difícil trabajo (1935), un conjunto de 70 poemas, en su mayor parte escritos en prosa, que muestran el aplicado aprendizaje de los métodos y técnicas propuestos por los surrealistas franceses (la escritura automática, las imágenes oníricas), al que el autor aporta su propia temática personal (el amor, la familia, la belleza y la muerte) y el ritmo natural de la poesía en nuestro idioma.

Poco después se iniciaría la “vuelta al orden”, el retorno a la versificación y formas estróficas tradicionales, de algunos de los más destacados escritores vanguardistas, incluidos Borges y Martín Adán.

Pero, cualquiera sea el criterio frente a esta poesía, nadie le niega un buen gusto atento, y un afán de perfeccionarse estudiando el ejemplo de otros poetas.” (Luis Alberto Sánchez).