Baldomero Fernández Moreno

Fue llamado «el poeta caminante» con rasgos de flâneur, figura que recorre la ciudad poetizando.

En el frente sur del Obelisco de Buenos Aires se encuentra inscripto el soneto que dedicó a este reconocido símbolo de la ciudad y del país.

[2]​ Tras cursar los primeros dos años de estudios secundarios en el Liceo Ibérico Platense, en 1902 pasó al Colegio Nacional de Buenos Aires (momentáneamente llamado Colegio Nacional Central), donde se graduaría, y al que le dedicaría años más tarde la Elegía al Colegio Nacional Central.

[2]​ Ese mismo año, se estableció en la ciudad de Chascomús, donde ejerció la medicina.

En octubre visitó la ciudad el poeta Belisario Roldán, quien lo recomendó al médico Fernando Álvarez, hermano de José Sixto Álvarez (alias Fray Mocho), el director de la revista Caras y Caretas, pero las poesías que envió no fueron publicadas.

Allí siguió escribiendo y realizando su labor como médico en el barrio de Floresta.

En 1915, con la ayuda de su amigo Nicanor Newton, editó su primer libro, Las iniciales del misal, dedicado a Rubén Darío.

Este trágico hecho lo sume en un cuadro de depresión que se refleja en su libro Penumbra, publicado ese mismo año.

[nota 3]​ En 1938 obtuvo el Premio Nacional de Poesía por Dos poemas, Romances y Seguidillas.

Tanto Jorge Luis Borges como Ezequiel Martínez Estrada analizaron su mirada poética para captar la realidad urbana y rural.

La última casa donde vivió el poeta, ubicada en la intersección de las calles Bilbao y Rivera Indarte, en el barrio porteño de Flores.