Fue a la vez narrador, poeta, periodista, historiador, bibliotecario, pedagogo, docente, traductor, biógrafo, filólogo, teósofo, diplomático, político y simpatizante nacionalista.
Lugones aprendió las primeras letras y tuvo una formación católica muy estricta gracias a su madre, que luego rechazó vehementemente.
En esa época, conoció a Rubén Darío, quien tuvo una importante influencia en su obra y cuyo prestigio le facilitó el ingreso al diario La Nación.
En 1897 Lugones publicó su primer libro, Las montañas del oro, de estilo inspirado en el simbolismo francés.
Algunos capítulos de este libro habían sido publicados anteriormente en una revista dirigida por Paul Groussac llamada La Biblioteca.
En 1898 se adhirió a la Sociedad Teosófica, en la llamada «Rama Luz», sección de la que dos años más tarde fue elegido secretario general.
Su interés por el ocultismo y la teosofía había comenzado años atrás, cuando vivía en Córdoba.
[cita requerida] En 1905 publicó Los crepúsculos del jardín, obra cercana al modernismo y que recogía las tendencias de la literatura francesa, en particular el simbolismo.
[14] En esa época, Lugones era un impulsor de las tendencias fascistas que empezaban a obtener adhesiones en la sociedad argentina.
[15] Por esa época también abandonó su postura intolerante con el cristianismo, al que siempre había despreciado, y poco antes de morir se declaró reconciliado con la religión católica.