César Moro

En ella se relacionará con la plana mayor del surrealismo francés, como André Breton y Paul Éluard.

Nacido en Lima, fue hijo de Jesús Quíspez Asín y María Elvira Mas Puch.

[3]​Junto con la adopción de un nuevo nombre, Moro optó por realizar diversos cambios en su vida.

[3]​ En 1926, presentó su primera muestra pictórica y, en 1927, la segunda, ambas acogidas favorablemente por la crítica.

Participó en ella, además del propio Moro, los chilenos Jaime Dvor, Waldo Parraguez, Gabriela Rivadeneira, Carlos Sotomayor y María Valencia, que ya habían realizado en su país, en 1933, una exposición de arte abstracto.

Durante su estadía en México, sostuvo una relación con un joven militar de nombre Antonio Acosta, quien inspiró el poema titulado ANTONIO es Dios y la que fue su obra más conocida: La tortuga ecuestre, titulada de esa manera debido a la predilección del autor por estos animales.

Te puedo dar todos los nombres: cielo, vida, alfabeto, aire que respiro.

Pero si a veces te presentas como el aire o la luz, fuera de ti no deseo, ni vivo y estoy ciego.

[4]​ Dicho año empezó a trabajar como profesor en el Colegio Militar Leoncio Prado, donde fue maestro de francés del novelista peruano Mario Vargas Llosa.

Su encuentro con el surrealismo en Francia marca gran parte de estilo.

Entre sus referentes más notables se encuentran Francis Picabia y Pablo Picasso en el ámbito de la pintura, mientras que Benjamin Péret, André Breton y Paul Éluard lo influenciaron en la literatura.

En su reseña del libro Trajectoire du Rêve de André Breton, Moro se refiere a estos temas como parte de la poesía:En el sueño y por el sueño deben resolverse los problemas capitales del hombre: el amor, la locura: es decir: la poesía, la revolución.

Fotografía dedicada a Carlos Raygada