El término retablo proviene del latín retro-tabulum (“detrás de la mesa o altar”), que fue posteriormente abreviado como retabulum.
La tradición española de tener altares portátiles y nacimientos, también conocidos como "belenes" fue muy bien acogida en el mundo andino.
El antecedente más cercano al retablo actual es el Cajón de San Marcos, patrón del ganado.
El artista popular andino se cuida de transmitir sus técnicas y secretos, restringiendo la transmisión de ellos a sus descendientes y unos cuantos discípulos, quienes deben permanecer años dentro del taller para poder dominar plenamente todas las técnicas.
Las figuras se fabrican con una pasta hecha sobre una base de papa hervida y molida mezclada con yeso.