Arte del Perú

Este templo fue el primer centro de devoción a nivel panandino, sostenido por un Estado eminentemente teocrático.

En su mayoría, estos textiles recrean el mundo natural prehispánico y sobre todo su universo mental, y nos aproximan a sus riquezas naturales e ideológico-culturales, así como al uso que le dieron las sociedades que lo crearon.

En el campo de las artes, la conquista del Tahuantinsuyo interrumpió violentamente las tradiciones autóctonas, que fueron desplazadas con gran celeridad por la cultura visual europea.

Durante los primeros años del virreinato, maestros peninsulares organizarían talleres en que indígenas, mestizos y criollos eran instruidos en los diversos oficios artísticos.

Obras en Lima y Arequipa entre las que destacan: La escultura española durante este período tuvo tres tendencias, las cuales por su importancia marcaron escuela no solo es España sino también en Iberoamérica.

En el Barroco a plenitud destacamos la figura de Gregorio Fernández, quien se muestra como un escultor realista – naturalista.

Sucesores de la Escuela Sevillana Estos artistas, también llamados montañesinos, trabajaron en Lima a mediados del siglo XVII.

Ascencio de Salas Representante del barroco temprano, introduce las columnas melcochadas y estriadas, con el fuste decorado por paños colgantes o cabezas femeninas.

Su trabajo se caracterizó por utilizar modillones y arabescos en lugar de los capiteles, estos aparecen tanto en su arquitectura efímera como en la local.

La sangre, las venas bajo la piel, la boca entreabierta, la escena del martirio refuerzan el sentido realista y dramático de la obra.

Juan Tomás Tuyro Túpac Durante la segunda mitad del siglo XVIII se impone la ornamentación en rocallas, debido a la influencia francesa.

Cabe mencionar que los más grandes influyentes en cuanto al estilo arquitectónico fueron los terremotos de 1586, 1687 y 1746.

Durante el siglo XVII las murallas de Lima tuvieron un carácter defensivo más que delimitatorio.

La inestabilidad institucional del temprano Estado republicano impidió que se iniciaran proyectos de largo aliento.

Es tan solo en la segunda mitad del siglo XIX que, con los recursos generados por el guano, se emprenden nuevos proyectos.

En cambio la pintura creada en la periferia, así como aquella producida para el consumo popular, mantiene elementos de continuidad con sus precedentes virreinales.

Así, en los campos donde el Estado y la Iglesia no tenían una participación directa, las formas españolas se prolongaron por largo tiempo.

En este proceso, antiguos centros del sur andino como Cuzco y Huamanga pierden su lugar de predominio regional, al quedar marginados de las antiguas rutas comerciales con las regiones mineras del Alto Perú.

La penetración de la región amazónica, iniciadas con el periodo anterior desde las ciudades andinas, sufre entonces también un repliegue significativo.

Esta escisión republicana conduce a desarrollos desiguales, que aseguran las subsistencia e incluso la profundización de grandes diferencias culturales.

A diferencia de otros géneros, aquí no se dan grandes saltos y ruptura, sino que los nuevos estilos se introducen de manera progresiva, a un ritmo propio, transformándose sutil y gradualmente.

Los procesos sociales y económicos que se iniciaron con la emancipación política de España contribuyen, sin embargo, a consolidar nuevos ordenamientos sociales, que transforman gradualmente las formas de creación artística.

Es así que Teófilo Castillo Guas, Luis Ugarte Ronceros y Enrique Masías practicaron también ambos géneros.

La fotografía pronto se volvió en una alternativa para el desarrollo de vocaciones artísticas en los centros provincianos.

Para entonces, la Escuela Nacional de Bellas Artes impulsaba nuevamente los géneros tradicionales como la pintura y la escultura.

Cuatro años después aparecen los primeros portafolios pop, todos estos elaborados en serigrafía, con estampas y gráficas del artista Roy Lichtenstein, basado en los cómics, historietas, etc, de manera que se genera un ámbito muy comercial.

En estas épocas el aguafuerte era la técnica más utilizada en Europa, en la cual esta tendencia cae a mano de los minimalistas.

Igualmente ocurre con las revistas que no tenían la posibilidad de acceder al fotograbado.

La pintura en el Perú de este siglo XX ha resaltado por sus relación con los cambios que ha sufrido nuestra nación, ya sea las afecciones políticas, o la población y sus cambios en esta época.

Así, las obras plásticas que engalanaban recintos públicos y privados en el Perú a lo largo del siglo XIX eran en su gran mayoría producidas en talleres de Europa o por artistas del Viejo Mundo.

Huaco retrato Mochica , fino ejemplo de la cerámica prehispánica peruana. Museo Larco , Lima-Perú.
Retablo mayor de la iglesia de Chacas , Áncash , construido entre 1750 y 1755.