Escuela granadina de escultura
La extraordinaria actividad artística desarrollada en la Granada renacentista, con la presencia de grandes artistas nacionales y extranjeros, fue la que preparó la base para que surgiera esta escuela de escultura.Los rasgos fijados por el estilo del último son los que propiamente atribuimos a la escuela granadina.El artista pasó después a Sevilla y se pierde su huella en 1580.A ese momento corresponde Rodrigo Moreno, del que sabemos hizo un «Crucificado» para Felipe II y que se dice fue maestro de Pablo de Rojas, figura esta que marca el paso a una nueva época y el surgir de la gran imaginería andaluza.A Rojas corresponde en 1605 la ampliación del citado retablo, donde trabajan también sus colaboradores.Conocemos por Gómez Moreno algunas fechas de su actividad entre 1603 y 1622 en que murió.Los primeros encargados del taller a la muerte de Alonso, y asimismo otros múltiples discípulos mediocres, cambiaron su estilo con la vuelta de Alonso Cano a Granada en 1652.Procedente del mismo taller hay que citar a Agustín de Vera Moreno, menos personal en su arte, pero con algunos aciertos, sobre todo en imágenes de San José -en las Carmelitas Calzadas-.Los demás escultores que trabajan en Granada en los años de Peral y Vera dan una nota análoga, pero con escasa personalidad.Entre 1714 y 1718 trabajó en Granada y dejó buenas obras el cordobés Pedro Duque Cornejo, pero su vigoroso arte, con aparatosidad barroca de ascendencia italiana, dejó escasa huella en la obra de todos esos escultores nombrados.Menos aún pesó el arte del escultor neoclásico Juan de Adan, que trabajó en la Catedral, y tras de él el catalán Jaime de Folch, aunque se pueda recordar al granadino discípulo del primero Pedro Antonio Hermoso, muerto en 1830.