Más tarde entró a trabajar con el pintor Benito Rodríguez Blanes, a la sazón presbítero de la colegial granadina de los Santos Justo y Pastor, templo para el que hizo obras como los arcángeles San Miguel y San Rafael, o las propias imágenes de los mártires infantiles titulares del templo, entre otras.
De esta relación nacieron diez hijos, aunque algunos no sobrevivieron a la infancia[1].
Ruiz del Peral es uno de los artistas más interesante del tardobarroco español, que trabajó para una gran cantidad de clientes, desde cabildos eclesiásticos a órdenes religiosas, hermandades[3], prelados y particulares[4].
Trabajó tanto la escultura en madera policromada como en piedra, así como el dibujo y la pintura, de la que se conservan ejemplos en varias colecciones particulares.
Esta producción versátil corresponde a una formación versada en el dominio de las estampas que poseyó en gran cantidad y las lecturas de su biblioteca personal, legada a su viuda y único hijo.