Pablo de Loyzaga

Su formación como artista se realizó bajo la tutela del escultor granadino Francisco Morales.Tuvo especial admiración por Alonso Cano y siguió las pautas que había marcado, por aquella época, el inefable escultor francés Auguste Rodin, del que encontramos influencia en varias de sus obras.Su vida debió ser muy activa ya que acudía todas las mañanas al Ayuntamiento y, como profesor, a la Escuela de Artes Industriales por la tardes.No obstante, a pesar de una vida laboral tan intensa, lo cierto es que su carácter jovial, amigable y buen humor le permitió encontrar tiempo suficiente para mantener su estudio de escultura.A este acudieron muchas veces amigos y artistas como José María Rodríguez Acosta, Gabriel Morcillo, López Mezquita y algunos más jóvenes como el ya prometedor pintor Enrique Gil Guerra.Muchas anécdotas de aquella época quedan en el recuerdo y siempre demuestran su fino humor e ironía.[5]​ Políticamente hay que situarlo en el liberalismo progresista del siglo XIX en el que había militado tanto su padre Pablo de Loyzaga Mexía, como su abuelo Pedro de Loyzaga Pérez.Pablo de Loyzaga vivió la postguerra en Madrid con su esposa Dolores, a donde se habían trasladado todos sus hijos.El motivo del fatal desenlace hay que buscarlo en las secuelas de dos hemiplejias y diversos problemas cardiacos sufridos en Madrid.