Se encuentra situado dentro de una casa hacienda virreinal que data del siglo XVIII.
[2][3] En 1925 Rafael Larco Herrera compró a su cuñado, Alfredo Hoyle, una colección de ceramios y otros artefactos arqueológicos.
También compró varias colecciones pequeñas en el valle del Chicama, Trujillo, Virú y Chimbote.
En un año, la colección creció significativamente y se instalaron vitrinas en una pequeña casa de la Hacienda Chiclín.
Muestra la más grande colección de joyería empleada por varios gobernantes del Perú precolombino.