Se han encontrado cabezas clavas en las culturas recuay, tiahuanaco y chavín.
No obstante, los ejemplares mejor conocidos pertenecen a Chavín, cuyas cabezas clavas se hallaban empotradas en fila horizontal y en forma equidistante en los muros del templo de Chavín de Huántar.
Se denominan clavas pues cada cabeza escultórica tiene una espiga o estructura alargada en su parte posterior, la misma que servía para fijarla en las concavidades de las paredes, a manera de clavos.
[1] Entre 1919 y 1941, el arqueólogo Julio C. Tello logró identificar y recuperar 42 cabezas clavas en Chavín de Huántar,[3] las mismas que originalmente se hallaban empotradas en la fachada del Templo o Castillo.
Por desgracia muchas de las cabezas clavas se han perdido, no solo por los desastres naturales, sino también por robos y destrozos causados por el hombre.