La Alameda es una zona baja en la que se acumulaba el agua del río cuando este se desbordaba, quedando en su lugar una laguna de agua estancada junto a las primitivas murallas de origen romano.
Nombró a un alguacil que lo vigilara, encomendó el riego y limpieza a los aguadores que vendían el agua de gran calidad de las fuentes, procedente del manantial del Arzobispo.
Estas columnas provienen de un edificio situado en la calle Mármoles (del que aún existen otras tres columnas en la citada calle) y de su traslado se encargó el maestro fundidor Bartolomé Morel.
[5] Además, dichas esculturas representaban a los dos monarcas de la nueva casa reinante en España.
A finales del siglo XIX, la Alameda presentaba su mejor estado, siendo convertida en un Paseo lleno de teatrillos, quioscos y puestos, que desaparecerían tras la Guerra Civil.
[8] Durante el último cuarto del siglo XX, se celebraba un mercadillo, ya desaparecido.
Por la noche es una animada zona de copas y restaurantes, estando casi completamente erradicada la prostitución por la que fue famosa durante mucho tiempo.
Las mismas han supuesto una restricción del tráfico de vehículos y se eliminó el albero que cubrió su suelo durante el siglo XX y las verjas que protegían del público a los pedestales de las columnas.
[11] Como edificio relevante se encuentra la Casa de las Sirenas, palacete del siglo XX, hoy edificio municipal utilizado como centro cívico, en el que se organizan exposiciones, cursos, talleres y actividades culturales y vecinales.