[3] A comienzos del siglo XVI los maestros de obras Francisco Jiménez y Bartolomé Díaz hicieron una portada mudéjar.
[4] A comienzos del siglo XVI el cabildo municipal decidió la construcción de una nueva sede.
[7] Las obras comenzaron bajo la dirección del maestro mayor Diego de Riaño.
En abril de 1533 llegaron para esta labor los entalladores Diego Guillén Ferrant y Jacques Gonçalo Herrandes.
[11] La ampliación tuvo lugar en unas casas anejas adquiridas a Constanza Hernández que ya habían sido usadas como almacén durante la construcción del ayuntamiento.
[12] Los frisos fueron realizados por varios entalladores, entre los que estaban Toribio de Liébana y Juan Nogués.
[16] El proyecto urbanístico no se llevó a cabo ya que, tras la retirada de los franceses, los franciscanos volvieron al edificio y empezaron su reparación.
[22] En 1857 el Ayuntamiento expropió las casas anejas que tenía el edificio en la plaza de San Francisco para ampliar la casa consistorial y que toda la manzana fuese de propiedad municipal.
En 1857 la ciudad iba a ser visitada por Isabel II y todavía no habían empezado las obras en aquella parte, por lo que el arquitecto municipal Balbino Marrón y Ranero y el profesor de escenografía Salvador Montesinos realizaron un trampantojo gigante que pusieron en esa zona para mostrar como quedaría terminado.
[25] El interior del edificio fue reformado entre los años 50 y 60 con planos de Balbino Marrón.
[30] En 1863 el arquitecto José de la Coba diseñó una escalera para la zona central del edificio.
El proyecto fue realizado por Antonio Arévalo y aprobado por la Comisión de Monumentos, presidida por Carlos Cañal.
Además, se hizo una puerta en la parte sur de la estancia para dar acceso a la alcaldía desde el arquillo.
Posteriormente, fue llevado al asilo de San Fernando, que era propiedad del Ayuntamiento.
Tras esto, fue llevado a la sala capitular alta de la casa consistorial.
El cuadro fue donado por Manuel Martínez de Anderica al antiguo Museo Arqueológico Municipal en 1891.
[70] La casa consistorial también alberga dos bustos de bronce: el del delegado municipal Alberto Jiménez Becerril y el de su esposa, Ascensión García Ortiz, asesinados por la banda terrorista ETA en 1998.
La planta alta es más baja que las otras dos y fue construida en el siglo XIX.
[73] Uno de los medallones representa a Julio César y bajo el mismo aparece un letrero que dice S. P. Q.
HIS., que significa Senatus Populusque Hispalensis (Senado y Pueblo de Sevilla, en latín).
[75] El arquillo está flanqueado por dos hornacinas con estatuas de Hércules y Julio César.
[76] Según la tradición local, la ciudad fue fundada por Hércules[77] y fue amurallada por Julio César.
[78] Como el arquillo daba acceso al convento de San Francisco, el arquillo tiene simbología religiosa: la parte superior está flanqueada por sendos escudos con las Cinco Llagas de Jesucristo y cordones franciscanos y sobre la clave del arco hay un medallón con la Virgen María entre dos ángeles.
[79] La puerta del apeadero tiene relieves que muestran, en la parte superior, a dos soldados con las columnas de Hércules y, en la zona intermedia, dos inscripciones de pasajes en la Biblia en latín: Ezequiel 45:9 en un lado y Sabiduría 6:6 en el otro.
[79] La fachada principal, que da a la plaza Nueva, es de estilo neoclásico.
Bajo este friso hay una moldura con tres inscripciones en latín, que en español dicen: "Todos los hombres que consultan de cosas dudosas deben estar vacíos de odio, ira, amistad y misericordia, donde estas cosas ofuscan no fácilmente el ánimo procura lo verdadero" (Salustio); "No te dejes arrastrar al mal por la muchedumbre.
[87] Junto a la sala capitular baja hay otra sala, construida para ser sede de un juzgado y que, en el siglo XX, pasó a ser usada como alcaldía.
El primer tramo está cubierto por una cúpula baja con querubines y serpientes.
La puerta de la derecha da acceso a la antigua biblioteca, que es una habitación rectangular situada sobre el apeadero.
Esta estancia da acceso al balcón de la plaza Nueva.