Hasta la época visigoda, los terrenos que forman la actual Plaza Nueva formaron parte del cauce de un brazo desaparecido del río Guadalquivir, que partía de una zona próxima a la Barqueta, atravesaba la Alameda de Hércules, la plaza de la Campana, la calle Sierpes, la plaza Nueva y se unía al cauce principal a la altura del barrio del Arenal.
[5] Los visigodos desecaron este terreno, que se urbanizó durante la etapa almorávide.
[5] En 1268,[6] Fernando III donó este terreno a la Orden Franciscana, que construyó ahí su Casa Grande.
[6] Esta plaza aúna las características de una plaza mayor, por contar con la presencia del ayuntamiento como edificio singular, por su planta rectangular y por la definición de los flancos mediante una edificación modular y homogénea.
[10] Los flancos norte, sur y oeste de la plaza se terminaron en 1856.
[10] En el plano reciben un tratamiento diferenciado un recorrido perimetral para vehículos del espacio central.
[10] A falta del monumento, el elemento central eran dos farolas de cuatro brazos.
También se añadió una balaustrada de piedra blanca y bancos del mismo material.
[17] Este fue derribado en los años 30 y en esa parcela se construyó el edificio de La Unión y el Fénix,[18] que era una empresa aseguradora que también acostumbraba a colocar edificios emblemáticos en las capitales españolas, siendo un buen ejemplo el de Madrid.
Cubrir estas obras y restaurar la plaza por completo costó 216 millones de pesetas, presupuestados en 1991.
La mayoría debieron ser talados para las obras de la plaza y son especies replantadas en 2006.
Los aficionados del Real Betis Balompié suelen celebrar sus triunfos en esta plaza.
Consiste en una estatua del monarca a caballo realizada en bronce con un gran pedestal con cuatro estatuas pétreas, para las que se contrató a varios artistas: Alfonso X (Enrique Pérez Comendador),[24] Don Remondo (Adolfo López Rodríguez), Garci Pérez de Vargas (Agustín Sánchez Cid) y Ramón Bonifaz (José Lafita Díaz).