[3] Realizó sus estudios en un colegio regentado por los escolapios, con los que mantuvo una estrecha relación durante toda su vida.
[5] Aunque conocía a Espiau desde el colegio, fue en esta etapa cuando estrecharon su relación.
Desde la muerte de su padre fue su padrino, Manuel Sánchez Pizjuán, quien le pagó el mantenimiento en su juventud.
González ya había cerrado su fase modernista y se estaba centrando en la arquitectura tradicional de la ciudad.
[8] A través de González conoció al arquitecto Simón Barris, que entonces realizaba una casa regionalista en la calle Rioja.
[8] Durante esta época no tenía casa en Sevilla y se hospedaba en el colegio de los Padres Escolapios.
Este interesante trabajo de la antigua tradición arquitectónica sevillana hoy es dado por desaparecido.
[17] En 1926 se mudó unos meses con su familia a Puerto Real para acometer algunos proyectos en Cádiz.
[17] Colaboró a menudo con el delineante José Fernández Zúñiga (que, curiosamente, también era portero profesional de fútbol)[17] y con el decorador Manuel de la Cuesta y Ramos.
[18] En 1932, tras encontrarse en una débil situación económica, decidió reincorporarse a su puesto en el Ayuntamiento de Sevilla.
Tras la Guerra Civil fue mantenido en su puesto por el alcalde Ramón de Carranza Gómez.
En 1938 se casó con Luisa Zunón Zamorano, que trabajaba de delineante, este matrimonio no le pareció apropiado a sus hijos, que poco después se marcharían de casa.
La casa Aceña, en la Avenida de la Borbolla, encaja bastante en lo que se entendía por este estilo.
Cuando los edificios requieren mayor relieve, Talavera sustituye el ladrillo por piedra.
[20] De esta fecha destaca también el proyecto que hizo para una casa en La Habana en Cuba.