Este fue un proyecto del alcalde anterior, Agustín Blazquez.
Carranza se limitó a disponer que se aceleraran las obras para evitar molestias, así como a la mejora de las condiciones higiénicas de los servicios de abastos bajo la jurisdicción del ayuntamiento.
Este programa comenzó con la primera piedra del grupo escolar de la calle San Rafael y que llevaba el nombre del presidente del gobierno, Miguel Primo de Rivera.
Por razones estéticas y de sanidad se obligó a los vendedores a llevar indumentaria blanca y con manguitos lo cual provocó un tango de Carnaval.
Ya en el siglo XXI se realizó una profunda remodelación incluyendo zona de restauración para convertirla en un referente turístico.