La calle se sitúa en el punto más alto del casco histórico, con restos hallados bajo el Palacio Arzobispal datados en época romana.
En época islámica volvió a habitarse, y durante el dominio almohade se realizaron importantes obras.
La calle era a principios del siglo XX una vía tortuosa y estrecha hasta el punto de impedir el tránsito rodado y el paso de cofradías.
La entonces recién creada Hermandad de Santa Cruz (1904) tenía que utilizar diversos recorridos alternativos para acceder desde su parroquia a la carrera oficial, ya que la salida resultaba imposible a través de esta calle hasta su posterior remodelación.
Su trazado era según González de León "bastante angosta, desigual y torcida".