La palabra del mudo
En una carta del autor al editor, fechada el 15 de febrero de 1973, Ribeyro escribió:[2] Alguien interpretó el título como una referencia al propio Ribeyro, hombre parco y reservado, que eludía las entrevistas y evitaba hablar de sí mismo, debido a su timidez, a su desinterés por la figuración y al celo por preservar su intimidad.[2][4] En 1992, se hizo una tercera edición que incluía a los libros Sólo para fumadores y Relatos santacrucinos; este último no tuvo una publicación individual previa.Fue la última edición de La palabra del mudo que se hizo estando en vida su autor, quedando en total cuatro volúmenes y 87 cuentos.Los personajes de sus relatos, pertenecientes por lo general a la clase media establecida o la clase baja ascendente, frecuentemente se encuentran ante situaciones de quiebre y fracaso, usualmente ante pequeñas tragedias personales o cotidianas que se articulan con los discursos en constante pugna: el racismo, los rezagos de una Lima colonial anquilosada, la migración campo-ciudad; así como sentimientos personales como la soledad y el fracaso.Incluso, hasta un cuento del tipo fantástico o kafkiano, como «La insignia», se basa en una anécdota que le sucedió a un tío suyo.